Un sangriento atentado sacudió ayer el centro de Ankara, causando al menos 34 muertos y 125 heridos, según informó la oficina de la gobernación de la capital turca. El atentado, que anoche no había sido reivindicado, ha sido perpetrado tan sólo cinco meses después que Ankara sufriera el peor ataque de la historia del país, saldado con 102 muertos, una oscura acción que entonces se atribuyó el grupo yihadista Estado Islámico. El pasado febrero, un ataque a un convoy militar causó 30 muertos.

Se trata del tercer gran atentado ocurrido en Ankara, después de un doble ataque suicida perpetrado en octubre con más de 100 muertos y el ataque contra un convoy militar en febrero con 30 muertos

La explosión se produjo a las 18.35 (hora local, una hora menos en la España peninsular) en la céntrica plaza de Kizilay, cerca del parque Güven y en los alrededores de una comisaría y de una parada de autobús. Según fuentes oficiales, la detonación se debió a un coche bomba, lo que incluye la posibilidad de que el vehículo haya sido explosionado por control remoto o por un suicida desde dentro del vehículo. La explosión provocó el incendio de cinco o seis vehículos que se encontraban estacionados en los alrededores. También sufrieron daños algunos edificios de la zona.

Un total de 23 de las víctimas fallecieron en el mismo lugar de los hechos, mientras que las otras cuatro sucumbieron a sus heridas de camino al hospital, precisó la gobernación de Ankara. Se teme que el número de muertos crezca, dado el elevado número de heridos.

El Consejo Audiovisual de Turquía (RTÜK) vetó la emisión televisiva de imágenes del lugar del atentado, alegando que está prohibido "mostrar cuerpos sin vida". La medida es una prueba más de las restricciones a la libertad de información impuestas por el Gobierno del presidente Erdogan, que el pasado día 4 intervino el diario "Zaman", el de mayor difusión del país.

Sin reivindicar

Aunque hasta anoche el atentado no había sido reivindicado por ningún grupo, fuentes de las fuerzas de seguridad apuntaron la posibilidad de que detrás del ataque se encuentre la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) o alguno de sus grupos afines. Sin embargo, este tipo de atribuciones, sin ser descabelladas, deben ser acogidas con la mayor prudencia.

Precisamente, ayer, el PKK anunció horas antes del atentado que se ha unido a nueve grupos de extrema izquierda para luchar contra el Estado turco en un momento en el que el Ejército ha intensificado sus operativos en el sureste del país eurasiático. El Gobierno turco está en una fase especialmente beligerante contra el PKK, que recibe importante ayuda de retaguardia por parte de los kurdos de Siria.