La ONU, a través de su Agencia para los Refugiados (ACNUR), lanzó ayer una seria alerta contra el acuerdo alcanzado en la medianoche del lunes en Bruselas entre la UE y Turquía para devolver a este país a todas las personas que lleguen desde él a territorio comunitario, incluidos los refugiados de guerra sirios. A la alerta se sumaron varias ONG humanitarias, como Amnistía Internacional, Human Rights Watch (HRW) y Médicos sin Fronteras (MSF).

"La expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos, y un acuerdo que parece que establece la expulsión directa de extranjeros hacia un país tercero no es compatible con la legislación europea ni con la legislación humanitaria internacional", dijo en rueda de prensa en Ginebra Vicent Cochetel, responsable para Europa del ACNUR.

La responsable de Amnistía para las Instituciones Europeas, Iverna McGowan, consideró que el acuerdo no tiene en cuenta "los derechos y la dignidad de algunas de las personas más vulnerables del mundo". "La idea de intercambiar refugiados por refugiados no es solo deshumanizante, sino que tampoco ofrece una solución sostenible a largo plazo a la actual crisis humanitaria", advirtió McGowan, en alusión al punto del acuerdo que establece que por cada refugiado sirio irregular devuelto a Turquía se acogerá en la UE a otro de un modo regular.

HRW denunció que Turquía no puede ser considerado un país de asilo seguro para los refugiados sirios, iraquíes, afganos o de otros países porque no les proporciona protección efectiva y porque ya ha devuelto a solicitantes de asilo a Siria. La necesidad de que el país al que se devuelve a un refugiado sea seguro está recogida en la legislación europea. HRW puso además en duda la capacidad de la UE para cumplir su compromiso de acoger a un refugiado sirio por cada uno que rechace, teniendo en cuenta que, tras aceptar a reubicar a 160.000, solo lo ha hecho con 800.

Entre tanto, Grecia anunció ayer que son ya 40.000 las personas llegadas de Turquía y atrapadas en su territorio tras el cierre de la frontera con Macedonia y, más allá, de la llamada ruta balcánica. Grecia y Turquía comenzaron ayer a negociar en la localidad turca de Esmirna los mecanismos del proceso de devolución de refugiados irregulares. Para gestionar esta cuestión Grecia abrirá las instalaciones adecuadas en sus islas egeas de Lesbos, Quíos, Samos, Kos y Leros.