Bélgica ha establecido controles en su frontera con Francia para prevenir una eventual oleada de emigrantes sobre su territorio en el caso de que París acometa el desmantelamiento del campamento de desplazados conocido como "la jungla" de Calais, donde se agolpan miles de personas que quieren pasar a Reino Unido. Las primeras horas de controles han generado un clima de tensión y se han visto acompañados de devoluciones en caliente a Francia. Según Bruselas, se ha impedido la entrada de 80 personas en territorio belga y se ha detenido a otras 25. Un alto responsable policial belga aseguró que es la primera vez que se aplica este tipo de medidas exprés.