La UE dio ayer tres meses a Grecia para que corrija las graves deficiencias en la gestión de su frontera exterior. Bruselas exige que Atenas presente en el plazo de un mes un plan al respecto que, si no genera resultados, podría desencadenar la prolongación hasta dos años de los controles establecidos en las fronteras interiores del espacio de libre circulación de Schengen.

La decisión fue adoptada en el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas (Ecofin), con el voto contrario de Grecia y la abstención de Bulgaria y Chipre. "Aunque se reconoce que Grecia está bajo una presión sin precedente por el elevado número" de refugiados que llegan a su territorio, "un funcionamiento adecuado de la identificación, del registro y de la recepción es indispensable", señalan los países comunitarios.

En una declaración de réplica, el Gobierno griego resaltó que de la visita de evaluación llevada a cabo por sorpresa entre el 10 y el 13 de noviembre en las islas egeas de Chios y Samos no se encontraron "graves deficiencias" ni "ninguna prueba de que Grecia esté descuidando gravemente sus obligaciones".

Unos 80.000 refugiados e inmigrantes han llegado a Europa en lo que va de año, tras cruzar el Mediterráneo en frágiles embarcaciones, y 400 han muerto en esas travesías, informó ayer la ONU.