Más de un año después del final de la revuelta de los "indignados" de Hong Kong, la isla volvió a vivir el lunes por la noche y ayer de madrugada una violenta revuelta nocturna en la que, en el curso de una batalla campal de más de seis horas, resultaron heridas no menos de 90 personas, la mayor parte de ellas policías, y más de medio centenar quedaron detenidas.

La revuelta, en la que se vieron involucradas varios centenares de personas armadas con ladrillos, botellas, macetas y papeleras, estalló en el distrito de Mong Kok, después de que la Policía comenzara a desalojar puestos de comida callejeros, al parecer ilegales, establecidos en ese barrio obrero y comercial con motivo del Año Nuevo lunar, que arrancaba esa noche.

Se trata del episodio de violencia más grave vivido en la antigua colonia británica desde las históricas protestas de finales de 2014, cuando miles de manifestantes acamparon durante semanas en distintos puntos de la ciudad reclamando más libertades políticas para Hong Kong.