Corea del Norte mantuvo ayer la tensión con la incursión de una patrullera en aguas surcoreanas, un día después del lanzamiento de un cohete de largo alcance, condenado duramente por el Consejo de Seguridad de la ONU y, a lo largo de la jornada de ayer por buena parte de la comunidad internacional. Pyongyang sostiene que su objetivo ha sido poner en órbita un satélite, mientras que la comunidad internacional le acusa de hacer pruebas balísticas.

La Fuerza Naval de Corea del Sur realizó varios disparos al aire de advertencia y el Ejército elevó su situación de alerta después de que la patrullera norcoreano se adentrara en aguas surcoreanas durante veinte minutos.

Japón apoyó, por su parte, la negociación iniciada entre Washington y Seúl para instalar un escudo antimisiles en territorio surcoreano, mientras que Rusia, opuesta a un escudo equivalente en Europa, acusó a EE UU de hacer subir la tensión.