Los servicios de Inteligencia de Estados Unidos prevén que durante 2016 el grupo Estado Islámico siga siendo "la mayor amenaza terrorista" a nivel mundial, en un contexto en el que las redes sociales se han convertido en una herramienta más dentro de los esfuerzos de reclutamiento y propaganda.

El extremismo suní ha vivido una "trayectoria ascendente" desde finales de los setenta, pero la otrora hegemónica Al Qaeda ha perdido presencia en favor de Estado Islámico y de su "autoproclamado califato", que aspira a extender más allá de Siria e Irak.

El director de la Inteligencia Nacional norteamericana, James Clapper, ha expuesto este martes ante el Congreso un análisis anual que, en términos de terrorismo, mantiene a Estado Islámico como la principal amenaza, por su capacidad tanto para cometer directamente atentados como para "inspirar" otros.

Estados Unidos ha advertido del riesgo que representan los combatientes extranjeros desplazados en los últimos años a Siria --"más de 36.500" desde el estallido de la guerra en marzo de 2011--, toda vez que pueden utilizar sus "habilidades" y "experiencia" para retornar a Occidente y cometer atentados.

El informe suma al riesgo de estos retornos el "extremismo violento interno", representado en personas que, sin viajar a otros países, se consideran implicados en la misma lucha. Entre los casos recientes, la Inteligencia norteamericana destaca los tiroteos en la base militar de Chattannooga (Tennessee) y en un centro de San Bernardino (California).

En este contexto, desempeñan un papel crucial las nuevas tecnologías, gracias a las cuales grupos como Estado Islámico son capaces de "aumentar la velocidad de sus comunicaciones, la capacidad de su propaganda y la posibilidad de colaborar con nuevos socios". El interés es tal que existe una "nueva generación de reclutas" con gran formación en materia tecnológica.

Además, la Inteligencia Estados Unidos determina en su informe que "los problemas económicos, políticos y sociales a largo plazo" contribuyen de manera significativa a la amenaza terrorista. En este sentido, recuerda que actualmente hay 60 millones de desplazados internos, una cifra sin precedentes que esconde un caladero de potenciales reclutas para los grupos terroristas.

A pesar de que Al Qaeda ha quedado en un aparente segundo plano, especialmente tras un retroceso en Afganistán y Pakistán, Estados Unidos advierte de que las filiales de esta organización terrorista han demostrado capacidad de resistencia y pueden lograr avances en 2016.

La guerra en Yemen ha permitido a Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) ganar posiciones e incluso controlar bases militares, lo que añade un nuevo peligro a una filial que ya ha demostrado su capacidad para atentar en el extranjero, como ocurrió en enero de 2015 en París.

Asimismo, la Inteligencia norteamericana también ha detectado que las redes de Al Qaeda en Siria, Pakistán, Afganistán y Turquía continúan "dedicando recursos a planificar ataques" y, en el caso de Somalia, Al Shabaab mantiene su capacidad destructora principalmente en el sur y en el centro del país.