Los países de la UE llegaron ayer a un acuerdo sobre cómo repartirse la financiación de los 3.000 millones de euros prometidos a Turquía para ayudarle a atender a los refugiados procedentes de Oriente Medio albergados en su territorio y evitar así que lleguen a las fronteras comunitarias.

El acuerdo permite la aplicación del compromiso que hicieron los líderes de la UE y de Turquía en la cumbre del pasado 29 de noviembre, en la que los europeos prometieron esa cifra para que Ankara la invierta en una atención humanitaria mejor para los refugiados.

Según el acuerdo -al que se sumó en último lugar Italia, que había planteado hasta ahora las mayores reticencias-, el presupuesto de la UE cubrirá 1.000 millones de euros y el resto, 2.000 millones, saldrá de las arcas de los Veintiocho en proporción a su participación en el Producto Interior Bruto (PIB) de la Unión.

La Comisión Europea (CE) recordó en un comunicado que ha accedido a incrementar su contribución hasta 1.000 millones de euros en comparación con los 500 millones ofrecidos inicialmente, para conseguir que la carga que recaiga sobre los socios comunitarios sea menor.

España será el quinto mayor contribuyente al aportar 152,8 millones de euros, por detrás de Alemania (427,5 millones), el Reino Unido (327,6 millones), Francia (309,2 millones) e Italia (224,9 millones).

El entendimiento alcanzado ayer "permitirá que la UE proporcione ayuda humanitaria adicional a los refugiados en Turquía y a sus comunidades de acogida" desde este mismo año de 2016, señaló el Consejo, que añadió que la asistencia se centrará principalmente en atender las "necesidades inmediatas" de estas personas, como alimentos, servicios sanitarios y educación.

"Trabajamos continuamente para contener el flujo de inmigrantes a Europa. Los acuerdos entre la UE y Turquía son una parte vital de esto", declaró el primer ministro de Holanda, Mark Rutte, presidente semestral del Consejo de Ministros de la UE.

Entre tanto, la conferencia de donantes para Siria que se celebra hoy en Londres buscará reunir fondos para facilitar ayuda humanitaria a los sirios desplazados en el interior de su país por la guerra civil y a los refugiados en los países vecinos. El Gobierno alemán prevé una dura negociación para lograr reunir esos fondos y, de hecho, la canciller Merkel ha realizado ya previamente numerosas llamadas telefónicas para lograr vencer las reticencias que Berlín adivina.