Un triunfo de la diplomacia y, por lo tanto, del eje conductor de la doctrina exterior de las actuales administraciones estadounidense e iraní. Así calificaron ayer tanto el presidente de EE UU, Barack Obama, como su homólogo iraní, Hasan Rohani, el levantamiento de las sanciones al régimen de los ayatolás.

El levantamiento fue decidido el pasado sábado por la noche tras la certificación por la Agencia Atómica de que Irán está cumpliendo los términos del acuerdo sobre su programa nuclear alcanzado con las grandes potencias ((EE UU, Francia, China, Reino Unido, Rusia y Alemania) el pasado 14 de julio. La decisión se vio acompañada de un intercambio de prisioneros entre Irán -que liberó a cinco, incluido el jefe de la corresponsalía en Teherán de "The Washington Post", Jason Rezaian- y EE UU, que puso en libertad a otros siete detenidos iraníes.

Para Obama, que firmó el decreto de levantamiento de sanciones el sábado por la noche entre críticas de los republicanos, "una vez más se ha visto lo que la contundencia de la diplomacia estadounidense puede conseguir, y sin arriesgarse a otra guerra en Oriente Medio".

En su opinión, "bajo el paraguas del acuerdo nuclear del año pasado, EE UU y sus aliados han garantizado que Irán jamás echará mano de una bomba atómica" y que, en caso de intentarlo "en secreto, nos daremos cuenta". Como consecuencia, "EE UU, Oriente Medio y el mundo estarán más seguros", aunque, por supuesto, concedió, "el acuerdo no resolverá todas las diferencias con Irán".

Desde Teherán, Rohani, atacado por el ala más fundamentalista del régimen chií, destacó que el acuerdo sobre el plan nuclear iraní y el levantamiento de las sanciones es una "victoria política" de la diplomacia y también de Irán. "A día de hoy, está claro que Irán tiene un gran poder, el poder de la diplomacia", argumentó.

"Muchos no creían en este poder. No creían que nuestros políticos y diplomáticos fueran capaces de sentarse en una mesa de negociación con los negociadores más expertos de las potencias mundiales y negociar y defender el derecho de su nación y su país", proclamó.

"Tras doce años de constancia y resistencia, de paciencia y sacrificio, de martirio de varios (científicos) nucleares, de esfuerzos infatigables de nuestros científicos nucleares, diplomáticos, políticos, abogados y responsables económicos, hoy hemos llegado a un punto e inflexión", remachó.

La verificación de que, en adelante, Irán sigue cumpliendo el acuerdo nuclear ha sido encargada por la ONU a España, cuyo Gobierno agradeció la confianza depositada por el Consejo de Seguridad y aseguró que asume "con determinación" la responsabilidad.

La principal voz discordante llegó ayer desde Israel, cuyo primer ministro, Benjamín Netanyahu, sostuvo que Irán sigue buscando desarrollar armas nucleares y extender el terrorismo, además de "minar la estabilidad de Oriente Medio y violar sus obligaciones internacionales".