Yakarta, la capital de Indonesia, el país islámico más poblado, fue ayer el escenario de una serie de ataques yihadistas en cadena, reivindicados por grupos vinculados al Estado Islámico (EI) y saldados con la muerte de siete personas: un canadiense, un indonesio y cinco de los asaltantes. Otras veinte personas, entre ellas un holandés y un alemán, resultaron heridas en los ataques, perpetrados con explosivos y prolongados con varios tiroteos, siguiendo el modelo de los atentados de 2008 en Bombay o los del pasado 13 de noviembre en París. Los ataques tomaron como objetivo el barrio de Jalan Thamrin, una céntrica zona de la capital indonesia próxima al palacio presidencial en la que se levantan varios hoteles y restaurantes frecuentados por extranjeros, además de las oficinas de la ONU. El asalto comenzó a media mañana, con una primera deflagración delante de un local de la cadena Starbucks, cerca de un puesto de Policía, que dio inicio a un intenso tiroteo seguido por una segunda explosión.

El intercambio de disparos continuó en un cine situado en el centro comercial Sarinah, donde se atrincheraron varios atacantes, que murieron a manos de la Policía horas más tarde. Tres de los atacantes perdieron la vida en el tiroteo, mientras que los otros dos lo hicieron al detonar la bomba que llevaban en la motocicleta con la que se lanzaron contra el puesto de la Policía, indicó el jefe policial, Tito Karnavian.

Indonesia llevaba varios días en alerta por riesgo de un posible ataque contra las autoridades y en lugares frecuentados por extranjeros. Después de que durante toda la jornada el Gobierno evitara especular sobre la autoría del atentado, a última hora de la tarde Karnavian confirmó la responsabilidad del EI en el ataque. Poco después, el propio EI confirmó la autoría en un comunicado difundido en foros yihadistas.

Karnavian explicó que la acción fue orquestada por Bahrun Naim, un indonesio detenido y encarcelado en varias ocasiones al que las autoridades del país asiático sitúan en Siria, donde estaría combatiendo en las filas del EI. "Bahrun Naim quiere establecer al EI en el sudeste de Asia y quiere ser su líder", afirmó el jefe policial en rueda de prensa.

El atentado suscitó una inmediata condena en la mayoría de la comunidad internacional, incluido el Gobierno español y el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, que advirtió de que los terroristas no lograrán intimidar a ningún país en su lucha por sus objetivos de desarrollo.