Dinamarca, Suecia y Alemania creen que en la Unión Europea no se está respondiendo adecuadamente a la crisis migratoria y, entre tanto no se adopten medidas, defienden la aplicación de controles fronterizos temporales para frenar la notable oleada de refugiados en sus territorios.

El comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos, se reunió en la jornada de ayer con el titular sueco de Justicia e Inmigración, Morgan Johansson, la ministra danesa de Inmigración e Integración, Inger Støjberg, y el secretario de Estado parlamentario en el Ministerio de Interior alemán, Ole Schroeder.

Los tres países defendieron la importancia del espacio Schengen de libre circulación de personas en la Unión Europea (UE), pero justificaron los controles fronterizos temporales para responder a los importantes flujos de inmigrantes que tratan de entrar en sus territorios, los preferidos por los refugiados. También subrayaron la necesidad de "compartir responsabilidades" entre todos los países de la UE.

También subrayaron la necesidad de "compartir responsabilidades" entre los países de la UE.

El ministro sueco dijo que los controles fronterizos que su país puso en marcha desde noviembre y los controles de identidad que ha comenzado a aplicar esta semana en todos los medios de transporte procedentes de Dinamarca han sido "necesarios para controlar la situación".

Recordó el alto número de solicitantes de asilo en Suecia, que solo en 2015 recibió a 163.000 personas, el mayor número per cápita en la Unión Europea, e indicó que el país no desea repetir esa situación este año.

Aseguró además que las autoridades suecas están de acuerdo en que los actuales controles "no se pueden mantener mucho más tiempo" y que los países de la Unión deben "trabajar juntos" para facilitar la reubicación de los refugiados, aplicar la normativa sobre el asilo y proteger las fronteras exteriores.

"Somos los países que más refugiados hemos acogido per cápita. Podemos hacer mucho, pero no todo. Tenemos que compartir la responsabilidad", añadió Johansson.

¿Ampliación danesa?

Por su parte, la titular danesa advirtió de que su país, que ha reintroducido los controles en su frontera con Alemania -en principio del 4 y el 14 de enero-, podría aplicar también en el futuro, si fuera necesario, controles de identidad similares a los puestos en marcha en Suecia.

"No queremos ser el destino final de miles y miles de solicitantes de asilo", dejó claro la ministra, que subrayó la necesidad de "soluciones europeas" para responder a la crisis.

Alemania dejó claro, por su lado, que el problema es que la UE todavía no cuenta con un sistema operativo de control de las fronteras exteriores, en particular entre Grecia y Turquía. Según el representante alemán, el mecanismo para la reubicación "no está funcionando" y hay dificultades en la aplicación del asilo y de Eurodac, la base de datos europea interconectada sobre solicitantes de asilo.

Por su parte, Angela Merkel declaraba en Berlín que es necesario resolver el reto que representa el gran flujo de refugiados y mantener la libertad de circulación en Europa, que considera uno de los pilares de la integración europea. Según la canciller alemana, se necesita combatir en los países de origen las razones de los desplazamientos y, por otro lado, se requieren medidas nacionales como mejorar los procedimientos de retorno de personas a las que no se les reconozca el derecho de asilo. Hay que lograr una reducción "significativa" del número de refugiados, dijo.

Según los últimos datos de la Comisión Europea, con fecha de 5 de enero, hasta ahora solo 272 personas han sido trasladadas desde Italia y Grecia a otros países de la UE.

Los 28 se han comprometido a trasladar a 39.600 refugiados desde Italia y a 66.400 desde Grecia. España ha acogido hasta la fecha a 18 refugiados, procedentes de Italia.