El fantasma del Frente Nacional (FN) francés, que por vez primera está presente en todo el territorio en la segunda vuelta de unos comicios regionales, domina las elecciones de hoy. En cabeza en seis de las trece regiones en la primera vuelta, el partido de Marine Le Pen aspira a conquistar alguna región y escapar así de su limitación histórica, la de superar el 50% de los votos en una segunda ronda.

Su fuerte irrupción desde 2012, de la mano de la hija del fundador del partido, les hace aspirar a lograr al menos un triunfo, lo que colocaría en sus manos el control del mayor presupuesto que nunca han gestionado. Ese éxito sería, además, el mejor trampolín para que Le Pen afronte con opciones los siguientes comicios, las presidenciales de 2017, su auténtico objetivo.

El FN logró el pasado domingo ser, por tercera vez, el partido más votado de Francia con algo más de 6 millones de sufragios, el 27,63%. Los sondeos indican que el partido tocó techo en la primera vuelta, por lo que tiene poco margen de mejora en la segunda. Todo lo contrario que los socialistas, que tras el modesto 24% de hace una semana, pueden beneficiarse de los apoyos de los electores ecologistas o neocomunistas, eliminados para la segunda.

Respecto al centro-derecha del expresidente Nicolas Sarkozy, los sondeos tampoco le otorgan un gran espacio de progresión a su 27,25%, ya que ya acudió a la primera vuelta con los centristas.

Es el caso de las dos principales presas que persigue el FN, la del Norte Pas-de-Calais Picardie, donde Marine Le Pen superó el 40% de los votos el pasado domingo y donde los socialistas, terceros, retiraron a su candidato y piden el voto para el conservador Xavier Bertrand, que obtuvo un cuarto de los sufragios. Y la de Provenza Alpes Costa Azul, tradicional feudo de la ultraderecha francesa, donde Marion Maréchal Le Pen recogió el testigo de su abuelo y fundador del partido, con un 40,6% de los sufragios en la primera vuelta.

En cuanto a los socialistas, que controlaban todas las regiones menos una, tienen casi seguro el triunfo en Bretaña, y en Aquitania Limousin Poitou-Charentes, además de Córcega. Pero aspiran a conquistar otras siete regiones.