El primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, ha pedido sus electores que voten a los candidatos conservadores en la segunda vuelta de las elecciones regionales en aquellas circunscripciones donde puede ganar el ultraderechista Frente Nacional (FN).

De esta forma, el jefe del Gobierno desautoriza al candidato socialista de la región Alsacia Lorena Champaña Árdenas, Jean-Pierre Masseret, que rechazó retirar su candidatura como le pidió la dirección del partido. En declaraciones a la televisión "TF1", Valls pidió a Masseret "que sea digno y retire su candidatura" porque "en este momento histórico" el reto "es frenar a aquellos que quieren dividir el país", en referencia al FN de Marine Le Pen.

El jefe del Gobierno consideró que la candidatura de Masseret tiene pocas opciones, puesto que la mayor parte de los alcaldes socialistas de la región pedirán el voto para la derecha con el fin de frenar a los ultraderechistas. Valls aseguró que en las elecciones regionales "se enfrentan dos concepciones de Francia", una "que quiere unir a los franceses y protegerlos", y otra, "la de la extrema derecha, cuyo programa sería un desastre porque persigue dividir".

Masseret obtuvo en la primera vuelta de ayer el 16 % de los sufragios, frente al 36 % del ultraderechista Florian Philippot, 'número dos' del FN, y el 26 % del conservador Philippe Richert.

Los tres pasaron a la segunda vuelta, pero la dirección del Partido Socialista pidió a Masseret que retirara su candidatura para evitar que el reparto de los votos permita la victoria de Philippot, pero decidió mantenerla.

En otras dos regiones donde los socialistas acabaron en tercera posición los candidatos decidieron retirarse. Es el caso de la región Nord Pas-de-Calais Picardie, y en Provenza Alpes Costa Azul.

La estrategia de los socialistas contrasta con la de la derecha tradicional dirigida por el expresidente Nicolas Sarkozy, que compareció a la misma hora que Valls en la televisión "France 2" para defender que no se retiren de ninguna región.

El ultraderechista Frente Nacional (FN) ha logrado en la primera vuelta de las regionales francesas su tercera victoria a nivel nacional en año y medio. Es una ascensión fulgurante que ha colocado al partido que lidera Marine Le Pen en el centro del debate político. Tras haber rozado el 25 % de los votos en las europeas de mayo de 2014 y haberlo superado por poco en las departamentales de marzo pasado, el FN volvió a ser este domingo el partido más votado, con más del 28 % de los sufragios, un punto más que la derecha tradicional de Nicolas Sarkozy y cinco más que los socialistas del presidente François Hollande. Le Pen obliga así a sus teóricos rivales en 2017 a bailar al ritmo que ella dicta, según los analistas políticos.