El objetivo del espectacular asalto policial de ayer en Saint-Denis, en la periferia norte de París, era Abdelhamid Abaaoud, el miembro de Estado Islámico (EI) que pasa por ser el cerebro de los atentados del viernes. Se trata de un yihadista de 28 años, nacido en Bruselas, y aficionado a cultivar la aureola de sanguinario. La Policía sospecha que desde Siria ha organizado varias acciones terroristas en Europa. Su mayor momento de gloria mediática -una distinción que los yihadistas del EI atesoran como piedra preciosa- le llegó en marzo de 2014, cuando su cara apareció con nitidez en vídeos rodados en Siria que le mostraban conduciendo entre risas una camioneta que arrastraba cadáveres de enemigos.
Abaaoud es amigo de infancia de Salah Abdeslam, "octavo terrorista" de los atentados, que tras su fuga se ha convertido en el hombre más buscado del continente y al que se le atribuye la materialización de la masacre ideada por su amigo. Los dos se criaron en Molenbeek, el barrio de Bruselas donde se concentra la mayor proporción de yihadistas europeos. Allí, el padre de Abaaoud tenía una tienda de ropa.
En unión de Salah Abdeslam, Abaaoud participó en un atraco en 2010, aunque su más habitual compañero de tropelías ese año y en 2011 era un hermano de Salah, Brahim, que el viernes se voló con un cinturón de explosivos en el boulevar Voltaire, no lejos de la sala Bataclan.
En 2013, Abaaoud abandonó Bélgica para unirse al EI. Con él se llevó a un hermano de 13 años que desde entonces pasa por ser el yihadista más joven, al menos entre los europeos. Una vez en Siria, la dirección del EI le facultó para reclutar más combatientes belgas y franceses, lo que hace cuatro meses le valió una condena en rebeldía de 20 años dictada por la justicia belga.
Entre sus tentáculos en Europa se ha situado la célula yihadista de Verviers (Bélgica), que preparaba atentados contra comisarías y fue desmantelada a tiros por la policía el 15 de enero pasado, apenas una semana después del atentado contra "Charlie Hebdo". Dos yihadistas murieron en aquel asalto policial.
Se le relaciona así mismo con acciones posteriores del EI en Europa, como el fallido atentado del pasado agosto contra el tren Thalys Amsterdam-París o el igualmente fallido contra una iglesia de la localidad francesa de Villejuif, próxima a París. Año y medio antes, en enero de 2014, mantuvo contactos telefónicos desde Siria con Mehdi Nemmouche, el terrorista que el 24 de mayo de ese mismo años mató a cuatro personas en el Museo Judío de Bruselas.
