El Gobierno del centroderechista portugués Pedro Passos Coelho se convirtió ayer en el más breve de la historia de la democracia lusa al ser derribado, once días después de ser constituido, por una moción de rechazo a su programa. La moción fue aprobada con 122 votos a favor -86 de los socialistas, 19 del marxista Bloque, 15 de los comunistas y 2 de Los Verdes- y 108 de la minoría gubernamental en contra, correspondientes a los conservadores del PSD y los democristianos del CDS-PP.

Passos Coelho ganó los comicios del pasado 4 de octubre con cerca del 39% de los votos, seis puntos más que el segundo, el líder socialista Antonio Costa, una victoria insuficiente para revalidar la mayoría con la que contó en la anterior legislatura.

Debido a las características del sistema político portugués -semipresidencialista-, la Constitución otorga al jefe del Estado un vasto poder a la hora de interpretar el resultado electoral y decidir quién debe formar Gobierno.

El presidente, el conservador Aníbal Cavaco Silva (PSD), escogió como primera opción a Passos Coelho por ser el aspirante más votado, a sabiendas de que corría el riesgo de ser tumbado en su primera intervención en el Parlamento.

La Carta Magna no obliga a que el nuevo Ejecutivo someta a votación su programa -una característica que la mayoría de juristas justifica con el objetivo de favorecer la existencia de gobiernos en minoría-, pero sí permite a la oposición presentar una "moción de rechazo" que, de ser aprobada, implica la dimisión del gabinete, tal y como ocurrió ayer. Desde la llegada de la democracia a Portugal, hace más de 40 años, este recurso solo había prosperado una vez, en 1978, con un Gobierno del independiente Nobre da Costa.

Ahora el protagonismo recae de nuevo en Cavaco Silva, quien volverá a reunirse con los partidos antes de hacer pública su decisión. El presidente tiene que elegir entre encargar a la izquierda que forme Gobierno, mantener al actual en funciones hasta la celebración de nuevas elecciones -no antes de junio de 2016 por imperativo legal- o formar un Ejecutivo "de iniciativa presidencial" con independientes.

"Se puede pasar la página de la austeridad en la zona euro", proclamó el líder socialista, muy criticado por sus adversarios por haberse aliado con la izquierda radical. Costa defendió que el pacto con el Bloque y el PC, fuerzas históricamente beligerantes con el moderado PS, se basa en la "seriedad".

Entre las medidas pactadas por la izquierda destacan la anulación íntegra de los recortes salariales a los funcionarios, un aumento gradual del salario mínimo desde los actuales 505 euros hasta 600 en 2019, actualizar las pensiones y revocar varias privatizaciones.