El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció ayer su veto a la construcción del polémico oleoducto Keystone XL, concebido para transportar cientos de miles de barriles de petróleo cada día desde Canadá hasta el golfo de México.

Tras la finalización de una revisión sobre el impacto medioambiental del proyecto, en la que también se ha consultado a la ciudadanía, el departamento de Estado recomendó al mandatario el veto al proyecto.

Obama aceptó el informe y, en una esperada comparecencia, anunció ayer por la tarde que el Keystone XL queda cancelado. "El departamento de Estado ha determinado que no sirve a los intereses de Estados Unidos", argumentó el mandatario, quien descartó una posible "contribución significativa" de la obra a la economía nacional. La decisión de Obama fue acogida con alivio por los grupos ecologistas y con críticas por los republicanos.