La canciller alemana, Angela Merkel, logró ayer que su socio socialdemócrata (SPD) aceptara la exigencia de crear centros especiales de tránsito para los solicitantes de asilo con pocas opciones de quedarse en el país, para acelerar la tramitación de sus peticiones y también, si procede, su expulsión.

La creación de los centros de tránsito es una exigencia de la Unión Socialcristiana (CSU), el partido hermanado con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel en Baviera, y había motivado fuertes discrepancias en el seno de la coalición de gobierno. El pasado fin de semana, la canciller cedió ante su socio del "land" más rico, pero el SPD mantuvo su oposición hasta ayer.

Según informaron varios medios alemanes tras una reunión a tres bandas en la Cancillería, los centros de tránsito, entre tres y cinco en todo el territorio alemán, están diseñados específicamente para los nacionales de los países que la ley alemana considera "seguros" y, por tanto, con menos opciones para obtener el asilo.

Entre estos países se encuentran Albania, Kosovo y Montenegro, origen de decenas de miles de peticionarios de asilo llegados este año a Alemania.

Además, el texto consensuado entre los tres partidos incluye una cláusula por la que se prohíbe el derecho a la reagrupación familiar durante dos años a aquellas personas que no se puedan acoger a la Convención de Ginebra o al derecho fundamental de asilo pero que tengan derecho, por algún motivo especial, a permanecer en Alemania. El Ministerio del Interior anunció ayer que en lo que va de año ha registrado la llegada de un total de 758.473 solicitantes de asilo.

La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) avanzó ayer que el número de refugiados que crucen el Mediterráneo y alcancen las costas europeas en 2015 puede llegar hasta el millón, y la Comisión Europea (CE) anunció que espera la llegada de dos millones entre 2016 y 2017.