Una UE a dos velocidades, menos poder para la Comisión Europea y para la burocracia de Bruselas, la "no discriminación" para los países que están fuera de la eurozona y, en cuarto lugar, evitar cualquier impulso que conduzca a una mayor integración entre los países miembros. Estas son las cuatro grandes líneas que exige el Gobierno de Londres, presidido por el conservador David Cameron, para pedir el sí en el futuro referéndum sobre la permanencia o salida del Reino Unido de la Unión.

Las revelaciones, las más completas conocidas hasta la fecha, fueron hechas ayer en Berlín por el ministro de Economía británico, George Osborne, en una intervención en un congreso organizado por la Asociación de la Industria Alemana (BDI).

"Queremos que el Reino Unido se quede en una Unión Europea reformada. Pero la UE debe funcionar mejor. Para todos los ciudadanos de Europa y del Reino Unido", aseveró el ministro.

Osborne resaltó la necesidad de fijar en los tratados que rigen la UE una Europa a dos velocidades y evitar lo que denominó "discriminación" contra los países que no forman parte de la eurozona y tienen otras monedas, como es el caso del Reino Unido, regido por la libra esterlina.

El ministro británico opinó que lo óptimo sería que los países que no forman parte de la eurozona puedan sumarse, siempre "voluntariamente", a ciertos procesos, como ha hecho el Reino Unido con la unión bancaria. Tambien subrayó que no se debe discriminar a ningún negocio por la divisa de su país de residencia fiscal, recordando al respecto la batalla legal emprendida por Londres a raíz de una decisión del Banco Central Europeo (BCE), que fue resuelta con victoria británica el pasado marzo tras cuatro años de pelea legal.

Osborne exigió que "nunca" se obligue a los contribuyentes de países que no comparten el euro a respaldar financieramente a países que sí comparten la moneda común, para que no se repita lo sucedido con Grecia.

"Consideramos que una unión cada vez más estrecha ya no es lo correcto", subrayó Osborne en referencia a los textos fundacionales de la UE, en los que se aboga por un proceso progresivo de integración. El ministro de Economía británico pidió que en el derecho comunitario se incluyan "principios" que salvaguarden a los países miembros de la acción de las instituciones europeas.

La canciller de Alemania, Angela Merkel, que intervino en el congreso de la BDI poco antes que el ministro británico, le enmendó la plana por anticipado al apuntar que los Veintiocho "ya no son una Europa de una sola velocidad". Merkel confió en que cuando los británicos sean consultados en referéndum voten en "en un sentido que haga más fuerte a Europa".