Los socialistas portugueses anunciaron ayer su inmediata disposición a derribar mediante una moción de censura al nuevo Ejecutivo conservador en cuanto presente su programa de gobierno en el Parlamento. La moción estaría apoyada por los marxistas del Bloque de Izquierda y por el Partido Comunista. Las tres fuerzas se encuentran negociando un programa de gobierno alternativo, que, en todo caso, tendrá que ser de mínimos, ya que les separa una enorme distancia en cuestiones como el euro, la Unión Europea o la OTAN.

El jueves por la noche, el presidente portugués, Aníbal Cavaco Silva (PSD, centro-derecha), anunció en una alocución televisada -calificada de "sectaria" por el Bloque y de "inaceptable" por el PC- su decisión de encargar la formación de Gobierno a su correligionario Pedro Passos Coelho, primer ministro saliente y cabeza de fila de la coalición PSD-CDS, que fue la más votada en las elecciones del pasado día 4, aunque sin mayoría absoluta.

El problema se presenta porque los socialistas, la segunda fuerza más votada, se han negado a pactar con Passos Coelho y, en su lugar, han puesto en pie el tripartito de izquierda. De los 230 escaños del Parlamento portugués, el centro-derecha cuenta con 207, mientras que el tripartito sumaría 122.

Por otra parte, los socialistas, que acusan a Cavaco de constituirse en "opositor a la voluntad de la mayoría de los portugueses", no han encajado nada bien el llamamiento implícito en la alocución presidencial a que todos o parte de sus diputados rompiesen la disciplina de voto y apoyasen al centro-derecha.

Dado que en Portugal no hay investidura presidencial, la única manera que tienen los socialistas para detener la jugada presidencial es derribar a Passos Coelho mediante una moción de censura. Passos Coelho tiene todavía que formar su gabinete y presentárselo a Cavaco. Luego tiene diez días para exponer su programa al Parlamento. "Decidimos dar indicación al grupo parlamentario para presentar una moción de censura a cualquier programa de Gobierno que se proponga mantener en lo esencial las políticas de la anterior legislatura", reza un comunicado hecho público ayer de madrugada por la Comisión Política Nacional del PS, reunida el jueves por la noche tras la alocución de Cavaco.

De confirmarse el éxito de esa moción, el nuevo Ejecutivo de Passos Coelho duraría apenas unos días y tendría que ser disuelto, tras lo que el encargo de la formación de Gobierno regresaría a manos de Cavaco. El presidente debería escoger entre permitir acceder al poder a la izquierda, dejar un Gobierno en funciones o volver a apelar a conservadores y socialistas a llegar a un acuerdo. En todo caso, no caben de inmediato nuevas elecciones, ya que, según la ley portuguesa, al celebrarse presidenciales en enero, las legislativas tendrán que esperar a julio.

Como aperitivo de lo que puede ser la vida política en los próximos días, la izquierda ganó ayer su primer pulso al centroderecha, al elegir a un diputado socialista, Eduardo Ferro Rodrigues, como presidente de la Asamblea. Tener como presidente del Parlamento a un representante de la segunda lista más votada es un hecho inédito en los cuarenta años de democracia en Portugal, como insólito sería el acceso al Gobierno de fuerzas marxistas. Ferro Rodrigues se impuso con 120 votos al derechista Fernando Negrao, que solo obtuvo 108.