El presidente sirio, Bachar Al Asad, viajó el martes fuera de su país por primera vez en más de cuatro años -desde el inicio de la guerra civil en 2011-, para abordar con su homólogo ruso y gran aliado, Vladimir Putin, la marcha de las operaciones contra los yihadistas del Estado Islámico (EI). De esta visita relámpago a la capital rusa, el Kremlin informó solo ayer cuando Asad estaba ya de regreso en Damasco.

El presidente de Rusia, cuya aviación lleva a cabo en Siria desde hace tres semanas una campaña de bombardeos contra el EI y otras milicias rebeldes, advirtió al líder sirio que a los avances en el terreno militar debe seguir un proceso político con la participación de todas las fuerzas políticas, étnicas y religiosas. Putin informó ayer de la visita de Asad a los dirigentes de varios países, entre ellos Turquía y Arabia Saudí.

Sobre el terreno, los kurdos dieron un nuevo paso hacia una mayor independencia, al declarar en la estratégica zona siria de Tel Abiad, fronteriza con Turquía, una administración autónoma similar a la ya establecida en otras regiones bajo su control, como Kobani, Afrin y Al Yazira, todas ellas en el norte del país. Los kurdos son la fuerza que con más éxito se está oponiendo en combates de tierra a los yihadistas del Estado Islámico.