Al menos 11 personas han muerto, incluidos dos niños, y 20 han resultado heridas a causa de la explosión que se ha producido este lunes en un autobús en Quetta, la capital de la provincia de Baluchistán, en el suroeste de Pakistán.

La explosión se ha producido en un autobús con unas 40 personas a bordo que se dirigían del trabajo a casa desde el centro de la ciudad a los barrios de los suburbios, de acuerdo con el diario paquistaní 'Dawn'.

El policía Abdul Waheed Jattak ha detallado a la agencia de noticias británica Reuters que lo más probable es que la bomba estuviera colocada en el techo del autobús y haya sido activada por control remoto.

"Es un acto cobarde contra gente inocente", ha dicho el ministro para Baluchistán, Sarfaraz Ahmed Bugti, indicando además que se trata de una prueba de "la conspiración contra una paz duradera" en esta región paquistaní.

Baluchistán es escenario desde casi una década de la violencia separatista, lo que ha llevado al Gobierno a poner en marcha una operación de seguridad en la que, según activistas, ha habido ejecuciones extrajudiciales y desapariciones forzosas.

"Estamos luchando contra el terrorismo y lo seguiremos haciendo hasta que el último terrorista haya muerto", ha afirmado Bugti.