El estado de Oklahoma (sur de Estados Unidos) renunció ayer a ejecutar a sus presos condenados a muerte al menos hasta 2016, cuando espera concluir la investigación sobre el uso de un fármaco erróneo en una inyección letal en enero pasado.
El estado de Oklahoma (sur de Estados Unidos) renunció ayer a ejecutar a sus presos condenados a muerte al menos hasta 2016, cuando espera concluir la investigación sobre el uso de un fármaco erróneo en una inyección letal en enero pasado.