La Fiscalía de Escocia informó este jueves de que ha identificado a dos ciudadanos libios como sospechosos de haber participado en el atentado de Lockerbie, que dejó 270 muertos en diciembre de 1988.

La Fiscalía considera que esas dos personas colaboraron con el también libio Abdelbaset Al Megrahi, el único condenado hasta ahora por colocar una bomba en un Boeing 747 de la compañía estadounidense Pan Am, que mató a los 259 pasajeros del aparato y a 11 residentes en la localidad escocesa de Lockerbie.

Las autoridades británicas han pedido permiso a Libia para interrogar junto con el FBI de Estados Unidos a los dos sospechosos en Tripoli.

Al Megrahi, exagente secreto del régimen libio de Muamar al Gadafi, fue puesto en libertad en 2009 al sufrir un cáncer de próstata en fase terminal y murió tres años después.

El fiscal jefe de la Oficina de la Corona de Escocia, Frank Mulholland, se reunió recientemente con la fiscal general estadounidense, Loretta Lynch, para compartir los avances en las pesquisas sobre el atentado.

Ambos coincidieron en que los investigadores deben "tratar a dos libios como sospechosos" del atentado, según afirmó un portavoz de la Fiscalía escocesa.

"El fiscal jefe, por lo tanto, ha emitido hoy una petición internacional al fiscal general en Trípoli en la que se identifica a dos libios como sospechosos en la explosión del vuelo 103 de Pan Am", sostuvo ese portavoz.

Reino Unido y Estados Unidos "buscan la colaboración de las autoridades judiciales libias para que oficiales de la policía escocesa y del FBI" interroguen a ambos en Trípoli, añadió.

En 2013, con motivo del 25 aniversario del atentado, Estados Unidos, Reino Unido y Libia emitieron un comunicado conjunto en el que reclamaban que los responsables de la matanza respondan ante la justicia y se comprometían a impulsar la cooperación entre los tres países para avanzar en el caso.

Al Megrahi siempre negó haber sido el autor de un atentado, la mayoría de cuyas víctimas fueron estadounidenses que volvían a su país para pasar las vacaciones navideñas.

En un principio, se pensó que se trataba de un ataque del ahora inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA), en momentos en que esa organización terrorista mantenía en jaque al entonces Gobierno de la primera ministra británica conservadora Margaret Thatcher.

Una vez comenzada la investigación, las pistas apuntaron al régimen de Gadafi, simpatizante de la causa republicana irlandesa y también enemigo de Thatcher, a la que consideraba cómplice de un ataque estadounidense contra Libia en 1986.

Tras una investigación a la que se tomó declaración a más de 10.000 testigos, en 1991 se presentaron cargos contra los agentes libios Al Megrahi y Lamin Jalifa Fhimah, que fueron entregados ocho años después por Gadafi ante la presión de las sanciones impuestas por la ONU a Trípoli.

Ambos fueron juzgados en Holanda, país neutral, bajo jurisdicción escocesa, en un proceso en el que Fhimah fue absuelto y Al Megrahi condenado a 27 años de prisión, que cumplió en un penal escocés hasta que fue devuelto a Libia por razones humanitarias.

Los familiares de las víctimas británicas creen que Al Megrahi no era el responsable del atentado y han pedido que se investigue a otros sospechosos de haber cometido la masacre.