El comandante de las fuerzas estadounidenses en Afganistán, general John Campbell, aseguró ayer en Washington que fueron las autoridades afganas las que solicitaron, al recibir fuego enemigo, el ataque al hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, que el sábado mató a 22 personas. La ONG anunció ayer que se retira de la ciudad ante la imposibilidad de seguir atendiendo a la población. EE UU, por su parte, estudia no retirarse de Afganistán a finales de 2016 y mantener 5.000 soldados en ese país, donde actualmente tiene desplegados casi 10.000.