El líder opositor en Portugal, el socialista António Costa, reconoció ayer su derrota en las legislativas frente a la coalición conservadora liderada por Pedro Passos Coelho y descartó, de momento, pactos con los partidos más a la izquierda.

"Nosotros tenemos un programa y respetamos la voluntad de los portugueses, aunque no siempre nos agrade, pero yo voté para tener un Partido Socialista (PS) con mayoría absoluta", dijo Costa, en alusión a un pacto con los marxistas del Bloco de Esquerda y los representantes de la coalición de comunistas y verdes (CDU), con los que podrían formar una mayoría en el Parlamento.

A pesar del duro revés electoral, António Costa, antiguo alcalde de Lisboa, aseguró que no dimitirá "de ninguna manera" y alertó que la "mayoría" de los conservadores del PSD y el CDS-PP "dejó de ser la mayoría", pues perdió su mayoría absoluta, lo que puede debilitar un futuro gobierno.

"Hay una gran mayoría de portugueses que votó por el cambio político pero, desgraciadamente, no se tradujo en una mayoría de gobierno" para los socialistas, agregó el secretario general del PS.

Cuestionado sobre una alianza con el Bloco de Esquerda, tercera fuerza con un 10 % de los votos, y con la CDU, en torno al 8 %, António Costa no abrió juego y apenas reconoció que muchos votos de la izquierda moderada fueron para estas dos formaciones más a la izquierda que el PS.

En un discurso prudente, dijo que no apoyará un gobierno de centro-derecha, pero también señaló que no estará en un ejecutivo "con una mayoría débil".

"El PS tendrá su reunión política el martes y el partido hará serenamente la evaluación de los resultados electorales", agregó.

Sin expresarse contundentemente, tanto la CDU y el BE han insinuado que la pelota está en el tejado de los socialistas en caso de que se quiera lograr un Gobierno de izquierdas.