Alexis Tsipras se convirtió ayer por segunda vez este año en primer ministro de Grecia, sólo un mes después de anunciar su dimisión y convocar las elecciones anticipadas que ganó el domingo con el 35,47% de los votos y 145 diputados. El izquierdista Tsipras reeditará el Gobierno de coalición que formó con la derecha nacionalista de Griegos Independientes (3,69% de los votos y 10 escaños), lo que ayer le valió el reproche de pactar con la "extrema derecha".

Las elecciones del domingo fueron convocadas después de que la firma del tercer rescate, en agosto, abriera una crisis en Syriza que dejó a Tsipras en minoría en el Parlamento. Precisamente la aplicación del programa de asistencia -y la reducción de la deuda- serán las prioridades del primer ministro, según anunció él mismo y su formación.

Tras celebrar una reunión con su partido en la que hizo un balance de los comicios, Tsipras anunció que en sus primeros meses al frente del nuevo Gobierno buscará acuerdos para restablecer la estabilidad económica y el funcionamiento de los bancos.

No obstante, será también de máxima prioridad empezar la renegociación de la deuda y avanzar en las reformas "importantes" que quedan por delante, como las leyes relacionadas con la lucha contra la corrupción. La sociedad debe sentir que se ha restablecido la justicia, dijo el líder de Syriza. Y una fuente de Syriza avanzó: "Continuaremos las negociaciones en un futuro próximo, con la cuestión de la deuda como la primera y más importante batalla".

"Juro que aplicaré la Constitución y las leyes y que trabajaré siempre por el interés general del pueblo heleno". Ésta fue la fórmula que pronunció Tsipras ante el presidente de la República, Prokopis Pavlopulos, durante la breve ceremonia de jura del cargo de primer ministro.

Se espera que la composición del gabinete ministerial se ultime en las próximas horas y que los ministros presten juramento, a más tardar, mañana por la mañana, antes de que Tsipras viaje a Bruselas para asistir a la cumbre extraordinaria de la UE sobre la crisis de refugiados.

De su lado, el presidente de Griegos Independientes, Panos Kamenos, señaló a los medios que el nuevo Gobierno será un Ejecutivo "progresista que seguirá la labor" que inició en la anterior etapa. Las quinielas apuntan a que Kamenos repetirá al frente de la cartera de Defensa, el único ministerio que estará en manos de su partido. Y muchos medios locales coinciden en que, como Kamenos, la mayoría de los ministros de la anterior legislatura conservarán su cartera. Entre las novedades podría figurar el cambio en Inmigración. El actual ministro adjunto del Gobierno interino, Yanis Muzalas, ginecólogo de profesión y uno de los miembros fundadores de la ONG Médicos del Mundo, podría permanecer en este cargo, que durante la etapa anterior recayó en Tasía Jristodulopulu. Muzalas tuvo que gestionar, en las tres semanas que duró el Ejecutivo interino, buena parte de la crisis de refugiados. Y, como baza segura, figura el último ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, firmante del tercer rescate.

Mientras, en Bruselas, reformas, compromiso y estabilidad fueron las palabras que más se repitieron, aunque el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, se salió del guión y echó en cara a Tsipras la reedición de su acuerdo de Gobierno con el partido de Kamenos, una formación "populista y de extrema derecha", lo que le valió acusaciones de "falta de respeto" de su líder.

"Fue bajo el liderazgo de Tsipras que Grecia se comprometió a un programa ambicioso de reformas para reconducir la economía griega y devolver a Grecia al camino del crecimiento y el empleo", recordó el portavoz de la Comisión Europea (CE), Margaritis Schinas. A lo que añadió: "Hay mucho trabajo por delante y no hay tiempo que perder".

Ya en octubre, Tsipras debe empezar a aplicar los compromisos que asumió en agosto con la firma del tercer rescate, a cambio de 86.000 millones. Y se trata de medidas de calado y muy costosas para un partido de izquierdas, como la reforma de las pensiones y la adaptación de los salarios del sector público. El objetivo es que para el 15 noviembre el país pueda recibir otros 15.000 millones para recapitalizar la banca si ha cumplido con el primer grupo de exigencias financieras.