Más de 100.000 personas, según el Vaticano, asistieron ayer a la misa que el Papa Francisco celebró en la plaza de la Revolución "Calixto García Iñíguez"de Holguín, en la primera visita de un Pontífice a la ciudad cubana. Algunos de ellos, tuvieron que recorrer más de 12 horas de carreteras y, posteriormente, esperaron al comienzo de la ceremonia desde las 07.00 horas de la mañana soportando el sol y las altas temperaturas de la isla.

Durante su homilía, Francisco elogió las casas misión cubanas y también animó a ir más allá de las apariencias y lo políticamente correcto. El Pontífice transmitió un mensaje de misericordia, tal como es el lema de su pontificado y el lema de esta visita "Misionero de la Misericordia".

De este modo, el Santo Padre animó a compartir "la ternura de Dios y su misericordia con los enfermos, los presos, los ancianos o las familias en dificultad".

El Papa también quiso resaltar la actividad misionera de la Iglesia en Cuba en una provincia donde la actividad de esta se expande gracias a los hogares particulares que se convierten en iglesias domésticas. Por eso ha hecho una mención especial a las llamadas casas de misión que, "ante la escasez de templos y de sacerdotes, permiten a tantas personas poder tener un espacio de oración, de escucha de la Palabra, de catequesis y vida de comunidad".

El Papa empló el ejemplo de San Mateo, a quien estaba dedicada la misa, porque se trata de "la historia personal" de cada uno. "Cada uno de nosotros puede decir: yo también soy un pecador en el que Jesús puso su mirada -señaló-. Jesús ha venido precisamente a buscar a todos aquellos que se sienten indignos de Dios, indignos de los demás. Dejémonos mirar por Jesús".

El Papa salió ayer de la Nunciatura Apostólica de la Habana y se trasladó al aeropuerto José Martí para viajar a Holguín, la tercera ciudad más importante de Cuba que se encuentra a 760 kilómetros de la capital cubana.

Por lo que respecta a su próximo mensaje ante la Asamblea General de la ONU, el próximo viernes, Francisco hablará de la necesidad de reemplazar la "indiferencia global" por una "solidaridad global" .

Así lo señaló el nuncio apostólico Bernardito Auza, representante del Vaticano en la ONU, al dar cuenta ayer de los temas que se espera que aborde el Papa.