Decenas de refugiados fueron detenidos ayer por la Policía húngara tras ser sorprendidos tratando de entrar ilegalmente en el país, en las primeras horas de aplicación de la nueva ley de inmigración magiar, que prevé para ellos penas de hasta tres años de cárcel y que ha sido acompañada por el cierre de fronteras. Las cifras difundidas no son coincidentes, pero los detenidos oscilarían entre 45 y 170.

En paralelo, Budapest comenzó a devolver a Serbia a las primeras personas a las que ha denegado su solicitud de asilo, una demanda que muchos de ellos cumplimentaron contra su voluntad, ya que su intención era pedir la acogida en Alemania. Belgrado ha advertido que no se hará cargo de esos refugiados rechazados.

Más de mil refugiados permanecían anoche en la frontera de Serbia con Hungría a la espera de que las autoridades húngaras les abran un paso que exigieron a gritos. Esta cifra se disparará en las próximas horas, ya que son miles las personas que siguen accediendo a Serbia rumbo a Hungría desde Macedonia. Hungría ha declarado el estado de crisis en dos provincias limítrofes con Serbia.

Las autoridades de Belgrado se quejaron de que el cierre de la frontera común ha sido hecho por Budapest sin avisarles. "Ayer (por el lunes) decían que cerrarían la frontera para los pasos ilegales, pero no para aquellos que expresan su intención de pedir asilo. Pero de eso no hay nada", dijo Vulin, quien denunció que la nueva actitud magiar ha dejado o dejará a miles de personas en un limbo legal. Entre tanto, Hungría ha expuesto su intención de extender a su frontera con Rumanía la alambrada de espino y cuchillas que ha tendido en la raya que la separa de Serbia.

La Comisión Europea informó, por su parte, de que ha pedido aclaraciones a Hungría sobre su nueva ley de inmigración, aunque no precisó sobre qué aspecto versan esas requisitorias. Sin embargo, fuentes de Bruselas apuntaron que hay dudas sobre cuestiones como el encarcelamiento por entrada ilegal en el país.

En Austria, las autoridades anunciaron que la pasada medianoche restablecerían de modo paulatino los controles en sus fronteras este y sur, ambas con Hungría, en un intento de canalizar la avalancha de refugiados. Para ello se recurrirá a la ayuda de 600 soldados. La medida ha sido avalada por la Comisión Europea.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) advirtió que, a causa de las medidas adoptadas por Hungría, los inmigrantes y solicitantes de asilo que intentan llegar al centro de Europa podrían desviarse hacia otros países para evitar el territorio magiar. ACNUR lamentó la "división" que reina en la UE y recordó que 140.000 húngaros fueron reubicado en varios de los actuales países miembros "en menos de tres meses" tras la II Guerra Mundial.

Camino griego

En el otro extremo de la cadena de refugiados, cientos de refugiados sirios trataron ayer de pasar por tierra de Turquía a Grecia, para evitar la peligrosa ruta marítima, aunque buena parte de ellos fueron interceptados por las fuerzas de seguridad de Ankara. En una nueva muestra de los peligros de la ruta marítima, al menos 26 refugiados, entre ellos cuatro niños y once mujeres, murieron ahogados en el mar Egeo cuando se dirigían a la isla de Kos.