El líder del PSOE, Pedro Sánchez, pidió ayer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que entable negociaciones con las comunidades autónomas, los municipios y otras instituciones para alcanzar un pacto nacional sobre la acogida de los refugiados que están llegando a Europa.

Sánchez dijo que se trata de una "cuestión de estado" que exige la cooperación de todos, pero sobre todo el liderazgo del Gobierno del PP. "Exigimos al Gobierno que sea tan solidario como la sociedad a la que representa".

El ofrecimiento del secretario general socialista ante la gravedad de la crisis migratoria se plasmó en un documento aprobado por el consejo de política federal del PSOE, en el que están presentes sus barones, antes de la reunión del comité federal celebrada en la sede de Ferraz para aprobar el calendario de listas al Congreso y el Senado.

Apertura de diálogo

El plan estatal de protección y acogida aboga por abrir de inmediato un diálogo con los partidos, las comunidades y la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), así como con la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) y las ONG.

La pretensión del PSOE es que el plan aborde todas las fases del proceso -protección, acogida y posterior integración-, para lo que se demanda al Gobierno que lo dote de fondos suficientes para dar respuesta al número de solicitantes que fije la UE.

Sánchez garantizó que las comunidades y consistorios en manos del PSOE estarán "en primera línea" a la hora de prestar ayuda y se sumarán a la red de municipios de acogida. Los socialistas piden que se dé atención sanitaria a los desplazados, que se ofrezcan plazas de escolarización y que los ayuntamientos coordinen los ofrecimientos de colaboración ciudadana.

En cuanto a la distribución de desplazados, el PSOE cree que debería hacerse "de acuerdo con criterios objetivos que se definan de acuerdo con todas las administraciones para garantizar un reparto justo", aunque dejando margen a las comunidades para que acojan a un mayor número.

Rajoy prometió que "España será solidaria", pero volvió a reclamar que Europa tenga "una política global de asilo y de inmigración" que sea "seria, sensata y razonable y con reglas de juego". Esa política debe tener como meta integrar a estas personas, que "trabajen y se esfuercen", cumplan la ley y acaben sintiendo Europa como algo "propio".

Prioridad para el Gobierno

El jefe del Ejecutivo se refirió a la política de inmigración como uno de los mayores retos y desafíos a los que debe dar respuesta España y como una de las grandes prioridades del Gobierno.

Así, el presidente recordó que la comisión interministerial que se reunirá hoy por primera vez va a convocar a las comunidades autónomas y corporaciones locales, y a quienes puedan "de buena fe" aportar algo, para "trabajar juntos con orden y eficacia" en una "política global" para abordar el problema.

Asimismo, apostó por la colaboración con los países de origen, por buscar pactos para afrontar la crisis de los refugiados, hacer convenios de repatriación y luchar contra las mafias de inmigración ilegal.