Cuando la Xunta realiza una campaña para atraer viajeros a Galicia, una de sus bazas es la hospitalidad de sus habitantes, "reconocida en el mundo". De esa hospitalidad hizo ayer gala la geografía gallega, siguiendo el ejemplo de Lalín, que fue el primero en mostrar públicamente en la comunidad su disposición a ceder instalaciones municipales para acoger a los refugiados que están intentando obtener asilo en Europa por los conflictos en su país de origen. La Xunta se sumó a la oferta y lo propio hicieron casi todas las corporaciones de las ciudades gallegas y sus diputaciones, aparte de concellos como Curtis (A Coruña) o formaciones como AGE, que registró una iniciativa parlamentaria pidiendo que Galicia fuese declarada "tierra de acogida" y reclamó para ello un plan y dotación económica.

Pero la Xunta ya anunció ayer, en boca de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que la comunidad está "en disposición" de acoger hasta 300 refugiados sirios "sin ningún inconveniente". Ante lo que cree un "problema de emergencia humano y social", Feijóo opinó que la Unión Europea debe fijar "unos criterios" de reparto de los ciudadanos que abandonan Siria entre todos sus miembros y que, una vez hechos los números, Galicia podrá recibir a esos 300 refugiados "si el Gobierno de España lo necesita" al tener "las instalaciones y la capacidad asistencial acreditada".

Desde la Consellería de Traballo, que es la que asumiría el reto, no hay dudas: "Tenemos que estar todos involucrados para dar soluciones dignas a millares de familias". Y esas soluciones, que incluirían partidas económicas, tienen que ser "dignas" y, de entrada, no pasan por un polideportivo, sino por residencias y albergues. Feijóo ha remitido ya una carta al Gobierno para exponerle que la comunidad está haciendo los deberes y preparando una lista de "todos los recursos que tenemos a disposición de la Xunta y, por supuesto, a disposición del Estado, para dar respuesta a la trágica situación de esas familias", apuntó la conselleira de Traballo, Beatriz Mato, en una entrevista a la Ser. La meta es coordinar una atención "urgente", pero "digna".

Si Feijóo dio la bienvenida a las aportaciones de los particulares e indicó que ya hay interesados, las institucionales no se hicieron esperar. Desde las ciudades gallegas que se lo plantearon (con la excepción de Ourense, que ayer no había previsto todavía habilitar plazas para acoger a sirios, como tampoco su Diputación), la respuesta fue unánime: "colaboración". Así lo manifestaron Vigo, Pontevedra o Lugo. A Coruña y Ferrol fueron más allá y anunciaron que se integrarán como ciudades-refugio en la red de municipios de acogida promovida desde Barcelona, una opción que Santiago, dispuesta a convertirse en "capital de la solidaridad" si hace falta, ve "con buenos ojos".

En todo caso, concellos como Vigo o Santiago avanzan que "cooperarán", pero conminan a los Gobiernos a ponerse las pilas. Así lo señaló Abel Caballero, regidor vigués y vicepresidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), quien instó a los gobiernos a resolver el "gravísimo" problema que supone la crisis de refugiados. "Se lo tienen que tomar en serio", conminó, antes de proclamar que Vigo "siempre está dispuesto a cooperar" en estas situaciones.

Desde Santiago, recuerdan, al igual que desde Pontevedra, que las "competencias" no son suyas, pero que hay "buena disposición" si se les necesita. Pontevedra apunta que si la Xunta "organiza una red de ayuda" y precisa su colaboración, sus "puertas están abiertas". Lo mismo Lugo, que se declara "abierto a la acogida" a través de "un plan coordinado con la Xunta y las organizaciones solidarias" y contando con la "solidaridad de los lucenses".

El buen talante de la Xunta lo compartió también la Diputación de Pontevedra, que "se pone a disposición del Gobierno de España para hacer frente a la situación dramática que están viviendo los refugiados en Siria" y que además insta al Ejecutivo de Rajoy a "promover que en el seno de la UE se dé una respuesta inmediata a esa cuestión". Así lo indicó su presidenta, Carmela Silva, quien añadió que hoy remitirá su oferta de ayuda por escrito a los ministros de Interior y Empleo. Desde la Diputación de Lugo muestran la misma sintonía: "máxima colaboración a todo lo que pida la Xunta", mientras avanzan que estudian ya opciones dentro de sus "competencias y posibilidades". Casi con las mismas palabras se comprometen desde la A Coruña.

A última hora de ayer la ola de solidaridad llegaba ya a tsunami y la mayoría de las comunidades se ofrecían voluntarias. También muchas ciudades. Fuera de Galicia, se sumaron a la estela de Barcelona y Madrid y a su red de ciudades-refugio, Valencia, Alicante, Zaragoza, Pamplona, Palma, Bilbao, Vitoria, San Sebastián, Murcia, Cartagena o Cádiz, lo que obligó a la FEMP a llamar al orden y pedir ser la que coordine, junto al Gobierno, el plan de ayuda. También la Conferencia Episcopal Española ofreció las instalaciones de la Iglesia.