El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó ayer, un día después de asegurar que está estudiando la posibilidad de presentarse a las elecciones de 2018, que ha decidido volver al primer plano de la política de su país cuando su sucesora y correligionaria, Dilma Rousseff, está bajo mínimos, acosada por los escándalos de corrupción y la recesión.