Un hombre lanzó, a primera hora de la tarde de ayer, una bomba cerca de un aparcamiento de minibuses en Bangkok pero el artefacto cayó en un canal de agua sin producir víctimas. El fallido atentado se produjo después de que la capital tailandesa sufriera el lunes su peor atentado, saldado con 20 muertos y más de 120 heridos.

Reino Unido confirmó ayer que una de las víctimas mortales del atentado es una ciudadana británica residente en Hong Kong. El resto de las víctimas mortales ya identificadas son seis tailandeses, cuatro malasios, tres chinos, dos ciudadanos de Hong Kong, un indonesio y un singapurés. Quedan dos cadáveres por identificar.

Las Policía sigue manejando muchas hipótesis sobre la autoría del ataque, aunque la pista islámica y la de los uigures chinos están casi descartadas en favor de la que conduce a opositores a la junta militar en el poder desde 2014.