La protesta prodemocrática iniciada el pasado viernes en Hong Kong siguió ayer engrosando sus filas a medida que pasaban las horas y se acercaba el Día Nacional de China, que se celebra hoy, miércoles, para conmemorar el 65.º aniversario de la fundación de la República Popular. Los manifestantes, que invaden ya toda la ciudad, reducen su número a algunos miles durante las horas más crudas de la madrugada, pero por la tarde y noche son ya cientos de miles.

En su mayoría jóvenes, los revoltosos de Hong Kong se preparaban anoche para intensificar su campaña de protestas hoy, día en el que las celebraciones de la fiesta nacional han sido suspendidas en la ciudad por la magnitud del movimiento.

"Vamos a aumentar la intensidad de la protesta, planeamos comenzar con la ocupación de sedes gubernamentales", aseguró Chow Wing Hong, uno de los secretarios generales de la Federación de Estudiantes, en una intervención ante la prensa junto a Chan Kin Man, cofundador del movimiento "Occupy Central" (Ocupar Central), dos de las organizaciones claves en la protesta.

Los líderes rebeldes mostraron su descontento por las declaraciones del jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Cy Leung, quien avivó la tensión al exigir la disolución del movimiento en una intervención realizada antes de presidir la reunión semanal del consejo de gobierno.

El líder regional rechazó dimitir como le piden en las calles ya que, afirmó, eso sólo conduciría a Hong Kong a elegir a otro líder bajo el sistema establecido por Pekín y no por el sistema de sufragio universal libre que solicitan los manifestantes.

El origen de las actuales protestas se encuentra en la decisión adoptada por las autoridades chinas a finales de agosto de someter al filtro de la Comisión Electoral a los candidatos al puesto de gobernador en las próximas elecciones, que tendrán que celebrarse por sufragio universal en cumplimiento de los acuerdos firmados por China y Reino Unido en 1997 para la reversión de la colonia británica al gigante asiático.

Con esta maniobra, que sólo dejaría concurrir a candidatos próximos al PC, Pekín pretende conseguir que la introducción del sufragio universal no se convierta en la semilla de un virus democrático que acabe afectando al conjunto del país.

Lejos de responder a la petición de Cy Leung de disolverse, los jóvenes continuaron pidiendo ayer su cese y se prepararon para "una larga batalla" por la democracia. De hecho, la protesta se hace cada vez más global, gracias a las redes sociales, donde se han convocado manifestaciones de apoyo en diferentes ciudades de todo el mundo para animar a los estudiantes de Hong Kong, en quienes muchos ven la réplica de los jóvenes de Tian Anmen, que en 1989 también clamaban por la democracia en Pekín. De hecho, la mayor parte de los analistas consideran que el régimen chino no ha sido sometido a un desafío similar al actual desde las protestas de Tian Anmen.

En cualquier caso, tanto el lunes como ayer las manifestaciones en la excolonia británica se han caracterizado por unos elevados niveles de inacción policial, en lo que parece una táctica de las autoridades por intentar que la protesta pierda fuerza y se apague por sí misma, sin tener que lanzar una represión a gran escala.

La acción de los agentes antidisturbios entre el sábado y la madrugada del lunes, que recurrieron al uso de gases pimienta y lacrimógenos, tuvo un efecto contraproducente y echó más manifestantes a la calle, por lo que las autoridades parecen haber cambiado de táctica.