El primer ministro británico, David Cameron, mostró ayer su determinación de reformar la UE y apostó por trabajar con Jean-Claude Juncker pese a su fuerte oposición al luxemburgués como presidente de la Comisión Europea.

En la Cámara de los Comunes, los laboristas acusaron a Cameron de sufrir una "humillación" por no haber logrado convencer a sus socios de que Juncker no era la "persona adecuada", y le reprocharon que, en lugar de construir alianzas en Europa, las ha "quemado".