El observador español de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) retenido desde el pasado 29 de mayo por las milicias prorrusas en el este de Ucrania fue puesto en libertad ayer, junto a otros tres miembros del grupo, de nacionalidades alemana, holandesa y rusa, con los que fue retenido cerca de Lugansk hace casi un mes.

Otro grupo, también formado por cuatro observadores, que desapareció el pasado 26 de mayo también en territorio ucraniano, fue liberado el viernes, por lo que no queda ya ningún observador retenido.

Los combates entre los prorrusos y el Ejército continúan en el Este a pesar de que las autoridades en Kiev prorrogaron hasta mañana la tregua decretada por el presidente, Petro Poroshenko, para el arreglo del conflicto, que se ha saldado con centenares de muertos.

Tres militares ucranianos murieron en un enfrentamiento con separatistas prorrusos en las afueras de la ciudad de Slaviansk, donde fue ametrallado un puesto de control. En Donetsk, los rebeldes aseguran haber tomado otra base y en Artiomovsk, se produjeron combates cerca de una unidad militar.

Rusia admitió ayer que la repercusión económica por las nuevas sanciones, que Occidente estudia introducir en su contra por la crisis en Ucrania, sería negativa. El ministro de Economía dijo que "se cortarían los ingresos, las reservas del Estado, así como crecería el nivel de la inflación". La Casa Blanca advirtió que está preparada para imponer sanciones adicionales a varios sectores de la economía rusa.