El presidente francés, François Hollande, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, lideraron hoy a un grupo de nueve líderes socialdemócratas europeos que, reunidos en París, respaldaron al candidato conservador al Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, pero pidieron políticas de crecimiento.

El encuentro reunió también a los jefes de Gobierno de Bélgica, Elio di Rupo; Rumanía, Victor Viorel Ponta; Dinamarca, Helle Thorning-Schmidit; Eslovaquia, Robert Fico; República Checa, Bohuslav Sobotka, y Austria, Werner Faymann, además de al vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel.

La cumbre, convocada por Hollande, se interpreta como un contrapunto a la que hace unas semanas reunió en Suecia a los líderes conservadores, donde se constató la diferencia de criterio entre la canciller alemana, Angela Merkel, que apoya a Juncker, y el primer ministro británico, David Cameron, que lo veta.

Los socialdemócratas aceptan al exprimer ministro luxemburgués al frente de la Comisión, porque, como explicó Hollande, el Partido Popular Europeo (PPE) obtuvo una "amplia victoria" en los comicios al Europarlamento.

"Respetamos las instituciones europeas y el espíritu de las elecciones y que el partido que acabó en cabeza pueda proponer a su candidato, en este caso Juncker", aseguró el presidente francés.

Pero recordó que hay otros puestos que deben cubrirse, como el de presidente del Consejo Europeo, que actualmente ocupa Herman van Rompuy, o el del Parlamento Europeo, al que puede volver a aspirar el alemán Martin Schultz, que lo ocupa desde 2012 y también participó en el encuentro de París.

Aunque Hollande indicó que el mandato de la británica Catherine Ashton al frente de la diplomacia europea será "prolongado", aseguró que algunos de esos puestos pueden llevar la vitola socialdemócrata.

El presidente francés indicó que pese a que los socialistas se vieron superados por los conservadores en las pasadas elecciones europeas, controlan más gobiernos que cuando hace cinco años se establecieron los actuales nombramientos en la Unión Europea.

Entonces, dijo Hollande, España era el único gran país de la UE con un Gobierno socialista, pero en la actualidad hay "doce de 28".

"No somos mayoría pero tampoco minoría", señaló el presidente francés, que recordó que no todos los conservadores forman parte del PPE, como el británico Cameron, y que también hay liberales.

"Ahora estamos en una situación que nos permite proponer prioridades", dijo el líder socialista francés, que con esa fuerza afirmó que pedirán un giro en la política europea, una flexibilización del pacto de estabilidad que impida que las medidas de austeridad frenen el crecimiento y la creación de empleo.

Hollande y Renzi, que mantuvieron un encuentro cara a cara en los jardines del Elíseo antes de la minicumbre socialdemócrata, pretenden convertirse en la cumbre de Bruselas de la semana próxima en el contrapunto a las tesis preconizadas por Merkel.

No pedirán una renegociación del pacto, que Hollande considera "larga" y de consecuencias imprevisibles, pero sí una interpretación más flexible.

En el centro del debate está el cumplimiento de la obligación de reducir el déficit hasta el 3 % del Producto Interior Bruto (PIB), que tantos quebraderos de cabeza genera a Francia.

Hollande indicó que no renuncian a ese compromiso, pero señaló que se puede interpretar de muchas formas, como la propuesta italiana de no computar los gastos estructurales en el mismo.

En la misma línea, los líderes socialdemócratas pedirán que Europa invierta en grandes obras energéticas para estimular la economía y para afrontar la necesaria transición en ese campo y reclamarán "una verdadera prioridad presupuestaria para el empleo juvenil".

Además, solicitarán una "simplificación de Europa, una democratización y un control de la inmigración conforme a los valores y a los principios" socialdemócratas, indicó Hollande.