Un adolescente palestino murió a causa de los disparos de las tropas israelíes durante una protesta contra el registro de una casa en la localidad de Dura, al sur de Hebrón.

Fuentes médicas informaron a Efe de que Mohamed Yihad Dudin, de 13 años, recibió un disparo en el pecho y murió poco después de ser ingresado en un hospital de esta ciudad, la más poblada de la Cisjordania ocupada.

Testigos, por su parte, indicaron que los incidentes estallaron cuando un grupo de jóvenes y adolescentes comenzó a lanzar piedras contra una columna del Ejército israelí que se disponía a entrar en una de las casa de la zona.

Los soldados respondieron abriendo fuego con munición real contra los manifestantes.

Una situación similar se vivió en el campo de refugiados de Deheisah, en Belén, donde esta mañana cuatro palestinos, entre ellos un niño, resultaron heridos de diversa consideración en una operación militar israelí, informaron fuentes médicas.

Testigos explicaron, por su parte, que en torno a 150 soldados penetraron en el citado campamento y comenzaron a registrar decenas de casa.

Según el Gobierno israelí, estos operativos forman parte de la búsqueda de tres estudiantes rabínicos desaparecidos el pasado jueves cuando hacían autostop cerca de la colonia de Gush Etzion, vecina a la ciudad palestina de Hebrón, y que Israel considera secuestrados.

Desde el día siguiente, el Ejército y el resto de Fuerzas de Seguridad israelíes han puesto en marcha un operativo durante el que han sido detenidas más de 300 personas, en su mayoría miembros del movimiento islamista Hamas, al que Israel responsabiliza de la desaparición.

Esta noche, al menos 25 palestinos fueron detenidos en la Cisjordania ocupada en diversas redadas del Ejército israelí, que registró alrededor de 200 viviendas y oficinas, la mayoría relacionadas con el movimiento islamista Hamas.

Según un comunicado oficial castrense, los soldados utilizaron, además, fuego real para hacer frente a la resistencia de la población, en particular en la zona de Qalandia, próxima a Ramala, donde un uniformado resultó herido leve.

"Durante la noche, las fuerzas operaron en numerosos lugares, como Qalandia, Deheisha, Dura y Arura donde detuvieron a unas 25 personas y registraron unas 200 viviendas. Además, se entró en nueve instituciones relacionadas con Hamas y se decomisó material", explicó la nota.

"Durante su actividad, el Ejército hizo frente a disturbios esporádicos, con lanzamiento de cocteles molotov, fuegos de artificio y piedras, que pudieron en peligro su misión y sus vidas", agregó.

Por ello, asegura la nota, "en Qalanadia, donde un soldado sufrió heridas leves por una granada, respondieron con fuego real y usaron medios antidisturbios" como granadas de sonido y gases lacrimógenos, agregó.

Fuentes médicas aseguran, por su parte, que son dos los heridos en Qalandia, ambos por arma de fuego, y que uno de ellos está en estado crítico.

El Ejército israelí ya ha admitido que el otro objetivo principal de la misión es destruir la infraestructura civil de Hamas en Cisjordania.

Los palestinos, por su parte, relacionan el suceso con la política que sigue el actual Gobierno israelí, y en particular en la continua construcción y ampliación de las colonias -ilegales según la ley internacional- y en lo que consideran "el abuso" de la detención administrativa.

Más de un centenar de presos en esta situación están en huelga de hambre desde hace más de medio centenar de días para exigir la libertad, nueve de los cuales han tenido que ser ingresados en le unidad de cuidados intensivos.

Ayer, el Gobierno palestino denunció que otras 29 personas, arrestadas durante la operación de búsqueda de tres estudiantes rabínicos, han sido sometidas a esta figura legal, que permite mantener a los detenidos presos por espacio de entre cuatro y seis meses renovables sin informarle de los delitos y sin llevarles a juicio.

En la calle existe, además, una creciente sensación de que se trata de "un castigo colectivo" para los palestinos, con el silencio cómplice de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y su presidente, Mahmud Abas.