El presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció que son necesarias "acciones militares inmediatas" en Irak para detener el avance de los yihadistas suníes que amenazan Bagdad y podrían empañar su legado en Oriente Medio.

Obama aseguró que no descarta "ninguna opción" para ampliar el apoyo al Gobierno del primer ministro chiita, Nuri Al Maliki, que se ha visto sobrepasado por los rápidos avances de las milicias del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), que ya han tomado ciudades claves como Mosul y Tikrit.

"Lo que hemos visto en los últimos dos días indica que Irak va a necesitar más ayuda, de nuestra parte y de la comunidad internacional", explicó Obama en la Casa Blanca junto al primer ministro australiano, Tony Abbott, de visita oficial.

"Serán necesarias ciertas acciones militares inmediatas y nuestro equipo de seguridad está examinando las opciones", indicó el gobernante, al que la oposición acusa de ser dubitativo y critica por no decidirse a intervenir en Siria y no hacer cumplir las "líneas rojas" que él mismo se marca.

El Gobierno estadounidense no considera un despliegue de tropas sobre el terreno, según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, pero ya tiene de camino ayuda militar acordada previamente con Irak, que incluye cazas F-16 y helicópteros Apache.

Asimismo, mantiene abierta la posibilidad de enviar "drones", según funcionarios del Gobierno citados por medios locales.

"Estamos examinando qué asistencia podemos proveer y evaluamos las peticiones" de Irak, que incluyen asistencia aérea, dijo Carney.

Los principales líderes republicanos en el Congreso pidieron hoy a Obama que provea más ayuda al Gobierno iraquí y algunos, como el senador Lindsey Graham, propusieron ataques aéreos estadounidenses, porque si no, "Bagdad caerá".

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, opinó que lo primordial es proveer los equipos militares y la asistencia técnica que los iraquíes han estado pidiendo insistentemente, sin entrar a valorar la necesidad de efectuar ataques aéreos.

"Este problema se veía venir en los últimos seis meses, con estos terroristas tomando el control del oeste de Irak, y ahora controlan Mosul y están a cien millas (160 kilómetros) de Bagdad. ¿Y que hace el presidente? ¡Se está echando una siesta!", sentenció Boehner.

El senador republicano y excandidato presidencial John McCain criticó a Obama por no haber dejado una presencia militar en Irak para garantizar la estabilidad del Gobierno, advirtió de que este tipo de crisis se repetirá en Afganistán y recordó que la guerra civil siria se ha desbordado para favorecer "la mayor concentración de miembros de Al Qaeda de la historia".

La toma de Mosul por parte del EIIL es un golpe para Obama, que ha hecho gala de haber retirado a finales de 2011 todas las tropas de Irak, donde desde 2003 murieron casi 4.500 estadounidenses.

La caída de la segunda ciudad iraquí es consecuencia directa de la guerra civil siria, donde EIIL ha ido medrando como grupo extremista opuesto al presidente Bachar al Asad, acaparando armas y entrenamiento, mientras Obama mantiene una discreta postura que no ha permitido inclinar la balanza a favor de los aliados de Occidente.

Además, el avance extremista ha llevado a cuestionar la intención, anunciada hace unas semanas por Obama, de retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán a finales de 2016.

Carney aseguró en rueda de prensa que "Irak debería, con la asistencia de Estados Unidos, ser capaz de defenderse por sí mismo" y que eso es aplicable a otros países.

El portavoz recordó que el presidente Obama ha basado su política exterior en la asistencia y la cooperación multilateral y en el principio de que "EEUU no puede estar en todas partes sin un final a la vista".

En opinión de Obama, lo que pasa en Irak "subraya la necesidad de mantener un acercamiento regional más robusto, entrenamientos y asociación en todo Oriente Medio y Norte de África".