Los tártaros de Crimea le han dado la espalda al jefe del Kremlin, Vladimir Putin, y se niegan a reconocer la anexión rusa de la hasta hace poco península ucraniana, aseguró Mustafá Dzhemilev, líder de esa minoría en el exilio. Los insurgentes acusaron ayer al nuevo presidente ucraniano, Petro Poroshenko, de permitir el uso de lanzaderas de misiles "Grad" en los ataques contra los bastiones prorrusos.

Según los rebeldes, las fuerzas gubernamentales atacaron varias localidades cerca de Slaviansk con lanzaderas "Grad" desde la montaña Karachun. Los habitantes de los pueblos han tenido que refugiarse en los sótanos de los edificios.