Varias personas han muerto en nuevos ataques del grupo islamista Boko Haram en tres localidades del estado nigeriano de Borno, en el noroeste del país, informaron a Efe residentes de las ciudades atacadas.

Hombres armados vestidos con uniforme militar, que llegaron en camiones, dispararon indiscriminadamente contra los vecinos e incendiaron varios edificios en los municipios de Walori, Musari y Nuwari, en la región de Gamboru-Ngala, dijo a Efe Ahmadu Umaru, uno de los testigos.

"Llegaron y comenzaron a disparar y empezamos a correr. No tuvimos tiempo de llevarnos nada con nosotros ni de proteger nuestros hogares", dijo Umaru, que huyó a la capital de Borno, Maiduguri, tras el incidente.

Umaru no pudo precisar el número de víctimas mortales provocadas por los pistoleros, pero aseguró que otros testigos de los hechos pudieron contar más de doce cadáveres.

La zona, situada en la frontera de Nigeria con Camerún, es escenario habitual de ataques contra civiles por parte de Boko Haram.

Desde enero pasado, el grupo terrorista ha incrementado el número de acciones armadas en el noreste de Nigeria, donde se estima que ha asesinado a más de 2.000 personas en lo que va de año.

Boko Haram -cuyo nombre significa en las lenguas locales "la educación no islámica es pecado"- secuestró el pasado 14 de abril en una escuela de la localidad de Chibok, también en el estado de Borno, a más de 200 niñas, que siguen retenidas pese a la creciente presión internacional por su liberación.

El pasado viernes, en una de sus acciones más recientes, militantes del grupo islamista atacaron a tres líderes tradicionales del estado de Borno, uno de los cuales fue asesinado.

En las últimas dos semanas, alrededor de 300 personas han muerto en varios ataques contra aldeas en esa misma zona perpetrados por el grupo armado, que lucha por imponer un Estado islámico.

Nigeria es país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.

Desde que la Policía acabó en 2009 con el entonces líder y fundador de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha provocado más de 4.000 muertos.

El grupo tiene su feudo espiritual y su base de operaciones en Borno, pero actúa también en los estados vecinos de Adamawa y Yobe, donde el Gobierno nigeriano ha declarado el estado de emergencia.