El alcalde de facto de la localidad ucraniana de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov, ha denunciado que el grupo de observadores internacionales apresado esta mañana por fuerzas prorrusas es en realidad un contingente de soldados que podrían ser puestos en libertad en el marco de un hipotético intercambio de prisioneros.

"Dado que la junta de Kiev (en referencia al Gobierno en funciones de Ucrania) tiene a nuestros camaradas y amigos, estamos listos para un intercambio en el momento en el que se abra la más mínima posibilidad", apuntó.

El alcalde ha asegurado que los miembros de la misión se encuentran "en buen estado de salud", pero apuntó que "uno de los 'soldados' está enfermo de diabetes, aunque su estado no es grave".

Ponomariov apuntó que "todavía están siendo investigados" pero las pesquisas sobre sus identidades podrían "acabar pronto". De momento, y según las identificaciones de las que se han incautado las milicias prorrusas, tres de ellos son John Christensen, de Dinamarca, Axel Schneider (Alemania) y Krzysztof Kobelsky (Polonia).

"Están recibiendo un buen trato. No están sometidos a estrés físico porque todos están cooperando con nuestra gente", ha hecho saber durante una rueda de prensa en declaraciones recogidas por el medio alemán 'Frankfurter Allgemaine Zeitung'.

"Eran soldados que estaban en nuestro terrritorio. No llevaban uniformes, no nos contaron nada más que mentiras --nos dijeron que estaban de visita turística-- y por supuesto que son nuestros prisioneros".

El alcalde aseguró que los detenidos no son integrantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). "Estoy siempre en contacto con la OSCE y me habrían advertido en el caso de una visita", aseguró en comentarios recogidos por Reuters.

Por su parte, el gobernador de la autoproclamada República de Donetsk, Denis Pushilin, declaró que los manifestantes tienen intención de intercambiar a los prisioneros por el alcalde de la ciudad, Pavel Gubarev, detenido por los servicios de seguridad de Kiev hace unas semana.

Mientras, el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov, acusó este sábado a Rusia de estar detrás del secuestro de los siete inspectores militares occidentales capturados este viernes en la ciudad de Slaviansk, bastión de la sublevación prorrusa en el sureste del país.

"Este delito no pudo haberse cometido sin autorización u orden directa del Gobierno de Rusia, que coordina y apoya a terroristas que ocupan edificio, toman rehenes, torturan y matan a la gente", dijo Turchínov, citado por su oficina de prensa.

Los separatistas prorrusos mantienen retenidos en Slaviansk a siete militares europeos (tres alemanes, un polaco, un danés, un sueco y un checo), junto a otras seis personas, con el argumento de que en el autobús en el que viajaban había un espía del ejército ucraniano.

El Gobierno de Kiev ha descartado un asalto en toda regla a la ciudad, por el riesgo que supondría para sus habitantes.

La cancillería ucraniana ha rechazado de plano las acusaciones de Moscú de que Kiev emplea el ejército contra la población civil.

"Rusia no tiene derecho moral ni jurídico para emitir tales valoraciones (...), sobre todo si toma en cuenta el carácter desproporcionado y cruel de la operaciones antiterroristas que se llevan a cabo la propia Federación Rusa", declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores ucraniano, Yevgueni Perebiinis.