El Gobierno de Venezuela invitó ayer al secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, a participar como "testigo de buena fe" en el diálogo convocado hoy entre los chavistas y la oposición para poner fin a la crisis política que vive el país desde mediados de febrero, con enfrentamientos que ya se han cobrado más de 40 vidas.

La invitación a Parolin es fruto del acuerdo alcanzado el martes entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición para formalizar la mediación de la Iglesia. Parolin fue el nuncio vaticano en Venezuela desde 2009 hasta el pasado agosto, cuando el Papa Francisco lo nombró secretario de Estado de la Santa Sede. La Conferencia Episcopal de Venezuela informó el martes de que El Vaticano no había recibido ninguna solicitud para participar en las conversaciones.

La invitación al Vaticano llega una semana después de que los obispos venezolanos tacharan al régimen de Maduro de "totalitario" y le reprocharan la "brutal represión" de las protestas. El líder de la oposición, Henrique Capriles, anunció que tomará parte en el diálogo con el Gobierno y pidió a los ciudadanos que vean la transmisión en radio y televisión, porque, adelantó, "temblará" el palacio presidencial al escuchar "la verdad". Para Capriles, es preciso que "el país abra los ojos", porque la situación "debe cambiar". "Mañana (por hoy) es una oportunidad histórica para hablarle con sinceridad a nuestro pueblo", apuntó.

Capriles tuvo que hacer frente a las críticas de parte de los grupos de oposición, que reprocharon a su líder -menos visible estas últimas semanas de violentas protestas, en las que los principales antagonistas de Maduro han sido el encarcelado Leopoldo López y María Corina Machado- que acceda a hablar con el Gobierno sin que los presos políticos hayan sido liberados.

Entre tanto, el expresidente brasileño Lula da Silva recomendó al mandatario venezolano que forme un Gobierno de coalición y alabó la actitud de Capriles "por no haberse radicalizado con los movimientos violentos en las calles".