Estados Unidos conmemora hoy el 50 aniversario del discurso "I have a dream" de Martin Luther King, que proporcionó el impulso definitivo a un movimiento de derechos civiles que aún dividía al país, pero también se convirtió en símbolo de la lucha por las libertades en todo el mundo.

"I have a dream" ("Tengo un sueño"), la histórica declaración que King pronunció en la "Marcha en Washington" en agosto de 1963, fue el empujón que hacía falta para materializar un cambio demandado durante meses, pero también despertó la incomprensión de buena parte de la población blanca, que no estaba preparada para el movimiento.

"Probablemente, a la mayoría de estadounidenses les llevó un tiempo aceptar el mensaje", dijo a Efe Glenn T. Eskew, experto en el movimiento de derechos civiles en la Universidad de Georgia.

Pero el discurso de King sí tuvo un impacto inmediato: "una solidificación del apoyo a la reforma de los derechos civiles en todo el país por parte de los liberales que querían ver esos cambios", según el profesor de Historia.

La "Marcha en Washington" del 28 de agosto de 1963 era el colofón de un "verano del descontento negro", en palabras de King, que había comenzado "con la violenta represión de manifestantes pacíficos en Birmingham (Alabama) tres meses antes", recordó Eskew.

Las más de 700 protestas que le siguieron infundieron en el país el temor a un movimiento violento. Una semana antes de la "Marcha en Washington", un 60 % de los estadounidenses se oponían a su celebración, y en septiembre de 1963, un 50 % del país opinaba en otra encuesta que el movimiento de derechos civiles iba demasiado rápido.

"En ese momento, la mayoría de los estadounidenses blancos vieron la 'Marcha en Washington' como un acontecimiento perturbador, incluso peligroso, que llegaba en medio de un nivel sin precedentes de conflicto racial", escribió Philip Klinkner, profesor de política en la Universidad de Hamilton (Nueva York), en el diario "USA Today".

El Gobierno de John F. Kennedy trató incluso de evitar que se convocara la Marcha, temeroso de que se convirtiera en un "revés" para la Ley de los Derechos Civiles que el presidente había presentado ese junio ante el Congreso, explicó Eskew.

Con todo, la poderosa imagen de King hablando de su sueño frente al monumento a Lincoln caló en los progresistas de todo el país y provocó que la mayoría blanca "comenzara a darse cuenta de que los negros ya no tolerarían el estatus quo", apunta Klinkner.

Otro factor para la aceleración del movimiento fue la creciente tensión de la Guerra Fría, en la que EE. UU. "tenía que presentar una imagen positiva al mundo" y cualquier impresión de "racismo era un detrimento para su política exterior", subrayó Eskew.

"Estados Unidos no podía ganarse el favor de la gente en África y Asia si había gente en casa clamando libertad", coincidió Klinkner.

Un año después, el presidente Lyndon Johnson firmó la Ley de los Derechos Civiles y en 1965 aprobó la Ley del Derecho al Voto, mientras los movimientos sociales de todo el país se apoyaban en las palabras de King, en especial tras su asesinato en 1968.

"(King) influyó en el movimiento estudiantil de los 60 contra la guerra de Vietnam, en el resurgir del feminismo, en el movimiento de gais y lesbianas que concluyó en los disturbios (de Stonewall) en 1969 en Nueva York, e incluso en el movimiento 'Red Power'" de indios americanos a finales de los 60, señaló Eskew.

La frase "I have a dream" tampoco tardó en convertirse en un eslogan fuera de Estados Unidos: se coreó en el movimiento contra el 'apartheid' en Sudáfrica, se inscribió en el muro de Berlín y el construido por Israel en Cisjordania, y se blandió en pancartas durante las protestas en la plaza pequinesa de Tiananmen en 1989.

"(El discurso) ha estado presente prácticamente en todas las luchas por la libertad en el mundo", afirmó a Efe Steve Klein, director de comunicación en el Centro King de Atlanta (Georgia).

Ese mensaje universal ha hecho que "I have a dream" tenga hoy un puesto fijo en la mayoría de clasificaciones de mejores discursos del siglo XX, pero también que sea distorsionado por movimientos completamente opuestos a los ideales de King.

El 28 de agosto de 2010, cuarenta y siete años después de la "Marcha en Washington", líderes del movimiento ultraconservador "Tea Party" se congregaron frente al Monumento a Lincoln para comparar sus ideas con el "espíritu" de King, en palabras de Sarah Palin.

"La gente interpreta el significado universal de algo de formas diferentes", señaló Eskew. "El mensaje de igualdad de King puede apelar a todo el mundo, incluso si tienen objetivos abiertamente contrarios a su causa".

Discurso de homenaje de Obama

Mientras, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ultima los detalles de su discurso de este miércoles en conmemoración del histórico "I have a dream", aunque ha advertido de que el de esta tarde "no será tan bueno" como el ofrecido por Martin Luther King hace 50 años.

"Permítanme decir, para que conste, que no va a ser tan bueno como el discurso de hace 50 años", dijo Obama en una entrevista emitida hoy para el programa radiofónico Tom Joyner Show, en la que el mandatario agregó que todavía está trabajando en el texto.

"Todo lo que puedo hacer en una ocasión como esta es celebrar los logros de todas aquellas personas que se apoyaron en sus hombros y luego recordar a la gente que aún hay trabajo por hacer para que nosotros lo hagamos, no solo honrando su discurso", insistió el presidente.

Obama no quiso comparar su discurso de este miércoles con el de Luther King (1929-1968), el cual, dijo, "se apoderó de las esperanzas y los sueños de toda una generación".

"Sólo quiero que pase pronto. Porque cuando se habla del discurso del Dr. King en la marcha sobre Washington, se está hablando de uno de los quizás cinco grandes discursos de la historia de Estados Unidos", aseguró el mandatario.

"I have a dream" ("Tengo un sueño"), la histórica declaración que King pronunció en la "Marcha en Washington" en agosto de 1963, fue el empujón que hacía falta para materializar un cambio demandado durante meses en el país en materia de derechos civiles.

Obama se colocará este miércoles en el mismo lugar donde King pronunció aquellas palabras, en las escalinatas del monumento a Abraham Lincoln, para dar un discurso de homenaje que también será todo un desafío, incluso para un mandatario al que muchos consideran heredero de la oratoria y el ímpetu del icono de la lucha racial.

Junto a él también subirán al atril los expresidentes estadounidenses Jimmy Carter y Bill Clinton.

John Lewis, el único orador vivo de la "Marcha en Washington" de 1963, consideró en una entrevista con Efe que el hecho de que Estados Unidos tenga su primer presidente negro, no implica que la lucha por la igualdad haya finalizado.

"La lucha por los derechos civiles va mucho más allá de tener a una persona negra como presidente. No podemos estar satisfechos sólo con eso", subrayó.

Consciente de ello, el mandatario ha evitado siempre sacar a relucir su histórica condición de primer presidente negro, y ya en su discurso de toma de posesión en 2009 advirtió que no gobernaría para la población negra, sino "para todos los estadounidenses".

Obama, que inauguró en 2011 el monumento en memoria de King en Washington, es uno de sus más fervientes admiradores, tiene un busto suyo en el Despacho Oval y suele citarle con frecuencia en sus discursos.

Muestra de ello son sus dos tomas de posesión como presidente, la primera en enero de 2009, cuando instituyó jornadas de voluntariado social en memoria del líder asesinado; y la más reciente en enero de este año, al jurar su cargo sobre una Biblia que pertenecía al activista.

Al recibir el premio Nobel de la Paz en 2009, Obama también se inspiró para su discurso de aceptación en la vida de King, quien logró ese galardón en 1964, y en los principios que defendió hasta su asesinato.

Las celebraciones por el 50 aniversario comenzaron desde el fin de semana, y es que fue el pasado sábado cuando decenas de miles de personas emularon la histórica marcha por las calles de la capital estadounidense.

Obama ha preferido esperar a la fecha exacta de la efeméride para honrar a su ídolo, y subirse al mismo escenario donde hace 50 años King formuló su sueño.