La NSA (Agencia Nacional de Seguridad de EE UU) ha estado revisando enormes cantidades de correos electrónicos y textos de estadounidenses que mencionan a extranjeros sujetos a vigilancia, como parte de una red de espionaje más amplia de la que se sospechaba, informó ayer el diario "The New York Times".

La Agencia "no solo está interceptando las comunicaciones de estadounidenses que tengan contacto directo con extranjeros vigilados en el exterior. También está vigilando a una red más amplia de personas que citen información vinculada con esos extranjeros", dijo el diario citando una fuente de inteligencia anónima.

Aunque ya se sabía que la NSA hace una extensa búsqueda de comunicaciones en el exterior, la revelación de que también hace "búsquedas de forma sistemática y sin permiso judicial" de las comunicaciones de los estadounidenses con el exterior supone un espionaje a mayor escala, según el diario.

El diario agregó que la vigilancia transfronteriza de los estadounidenses fue autorizada por una ley federal de 2008 conocida por su sigla en inglés "FISA" y que permite el espionaje en suelo estadounidense sin el debido permiso judicial siempre y cuando el blanco de la investigación sea un extranjero fuera del país.

Sin embargo, según la fuente citada por el diario, la ley no cubre la vigilancia de comunicaciones telefónicas. Una portavoz de la NSA, Judith A. Emmel, dijo al diario que las actividades de la agencia son legales. Emmel aseguró que el objetivo es recabar información de inteligencia no de estadounidenses sino de "personas y organizaciones extranjeras o terroristas internacionales".

Para realizar esta vigilancia, la NSA copia temporalmente los correos electrónicos y mensajes de textos que cruzan fronteras para luego revisar su contenido. Basta que esas comunicaciones mencionen un nombre, correo electrónico u otro tipo de información sobre blancos extranjeros para que sean vigiladas por la NSA.

El subdirector de asuntos legales de la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos, Jameel Jaffer, dijo en un comunicado que "el programa descrito por el New York Times representa una impresionante invasión de la vida privada de millones de personas". Esta amplia red de espionaje de las comunicaciones de los estadounidenses "es precisamente el tipo de espionaje generalizado que la Cuarta Enmienda (de la Constitución) intenta prohibir", agregó.

En junio pasado, durante una audiencia en el Congreso, el subdirector de la NSA, John Inglis, negó que el Gobierno estuviese espiando "en cualquier parte de la Tierra" el contenido de las comunicaciones personales de los estadounidenses sin el debido permiso judicial.