Los misiles antiaéreos rusos S-300 son el "escudo antimisiles" que necesita el régimen sirio de Bachar al Asad para hacer frente a la amenaza de Israel y a una eventual intervención de fuerzas extranjeras en el país, afirman expertos rusos.

"Los S-300 son modernos sistemas de misiles que si son equipados y armados al máximo de su potencial, pueden ser una gran amenaza para Israel", dice Vladislav Shuriguin, analista de la revista "Zavtra".

El experto destaca que "los dirigentes rusos están sometidos a una gran presión, ya que los S-300 preocupan mucho a los israelíes, pero el contrato se llevará a cabo. Asad necesita armamento pesado para proteger tropas e infraestructuras".

En su opinión, el actual retraso en el suministro responde exclusivamente a cuestiones técnicas, ya que los sirios deben elegir primero el lugar de emplazamiento de los S-300 e instruir a los militares en su funcionamiento.

Para el experto militar Pavel Felguengauer, el Kremlin "está intentando con todas sus fuerzas garantizar la perpetuación del régimen de Asad con la inestimable ayuda de Irán y Hezbolá". "No es un negocio. Los S-300 son una especie de barrera contra una posible intervención de EE UU", señala este experto.

En la misma línea, Borís Dolgov, arabista e historiador de la Academia de Ciencias de Rusia, considera que Siria es un país muy importante para la diplomacia rusa. "Moscú defiende exclusivamente sus intereses nacionales, ya que si llegan al poder los islamistas radicales, la seguridad rusa se verá amenazada", dice Dolgov, recordando que "unos dos mil mercenarios del Cáucaso combaten en el bando de los rebeldes sirios".

Y añade que "es correcto decir que Siria es un aliado del Kremlin" y que si Rusia quiere ser una potencia mundial, no puede renunciar a su último aliado en Oriente Medio.

En cuanto a la amenaza de una carrera armamentista por la decisión de la UE de levantar el embargo al suministro de armas a los rebeldes, Shuriguin cree que esta "ya ha comenzado". "La realidad es que la oposición ha sufrido duros reveses en las últimas semanas. Las ciudades que controla están aisladas y ha cedido muchas posiciones. En Libia ocurrió lo mismo cuando el Ejército de Gadafi prácticamente rodeaba Bengasi", destaca.

Shuriguin advierte que Siria podría desembocar en una nueva Afganistán, donde Occidente decidió armar a los muyahidín contra el poder respaldado por la URSS.