El jefe del grupo chií libanés Hezbolá, el jeque Hasan Nasrala, declaró ayer que no se debe abandonar al régimen sirio ante la amenaza de los extremistas suníes, porque esa guerra es también crucial para el Líbano.

"No podemos permanecer con los brazos cruzados cuando atacan a Siria. Si el régimen (sirio) cae, la resistencia se debilitará, lo que permitirá a Israel controlar el Líbano", aseguró Nasrala en un discurso televisado con motivo del decimotercer aniversario de la liberación del sur del Líbano de la ocupación israelí.

Las declaraciones del líder chií coinciden con una cruenta ofensiva contra la ciudad siria de Al Quseir por parte de las tropas del régimen, apoyadas por milicianos de Hezbolá, según denuncia la oposición. Esta fuerte ofensiva causó ayer al menos 30 muertos, 27 de ellos insurgentes, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. En cuanto al bando rival, anunciaron la muerte de unos 45 milicianos de Hezbolá en los combates. La oposición denunció un ataque químico en Adra. Francia rechazó la presencia de Irán en las negociaciones sobre Siria, y Arabia descartó cualquier papel para El Assad en el futuro del país.