Continúa la incertidumbre en torno al secuestro de la pareja de españoles Ángel Sánchez Fernández y María Concepción Marlaska Sedano en Colombia. Los datos contradictorios se suceden. El jefe de la Policía Nacional colombiana, el general José Roberto León Riaño, dijo ayer en Washington que el secuestro era obra de bandas criminales que buscaban el cobro de un rescate. Aseguró, además, que los delincuentes habían llamado a la familia y que pidienso el rescate. Léon Riaño no descartó que el secuestro fuese obra de las FARC, aunque éstas lo negaron.

En La Guajira, en el lugar donde se produjo su desaprición, los investigadores no creen que se haya producido esa llamada, debido a las condiciones de un territorio sin comunicación alguna, en el que solo viven indígenas. Es a estos indios a quienes apuntan los agentes, a las órdenes del coronel Elber Velasco Garavito. Habrían caído en manos de un grupo de delincuentes indígenas, a sueldo de alguna asociación de narcotraficantes