Israel amenazó ayer con atacar Siria si cae el presidente Bachar al Asad, para así evitar que armamento avanzado, en particular armas químicas, caiga en manos de yihadistas o de milicianos chiís libaneses de Hezbolá. Así lo anunció el comandante de la Fuerza Aérea israelí, general Amir Eshel. "Si Siria cae mañana, necesitaremos emprender acciones para evitar un saqueo estratégico de armamento avanzado", declaró Eshel.

Según este general, los israelíes deben estar preparados para un conflicto prolongado y doloroso si sus fuerzas entran en combate contra Hezbolá o contra su principal respaldo, Irán, que también es el principal aliado del régimen de Damascos. "Tenemos que estar preparados para cualquier escenario, con pocas horas de antemano", defendió Eshel. El general asumió que Israel se vería obligado a combatir en tres frentes simultáneamente -Líbano, Siria e Irán- lo que obligaría a la Fuerza Aérea israelí a emplear "todo el espectro de su potencial".

Aviones de combates israelíes han atacado Siria en al menos tres ocasiones en lo que va de año para destruir lo que fuentes de Inteligencia afirman que eran misiles avanzados antiaéreos y tierra-tierra que iban a ser entregados por Damasco a Hezbolá.

Respecto a la creciente presencia de milicianos de Hezbolá luchando en Siria al lado de las fuerzas de Asad, el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, denunció ayer que son millares. Kerry lanzó una advertencia a Asad al advertirle de que si no está preparado para discutir una solución política que ponga fin a la guerra civil en Siria, EE UU y otros países estudiarán incrementar su apoyo a los rebeldes, que, oficialmente al menos, se limita hasta ahora a suministros de carácter no letal.

El régimen sirio todavía no ha decidido si concurrirá a la anunciada conferencia de Ginebra, que aunque no ha sido precisado, se estima que podría celebrarse en la primera quincena de junio. Sin la presencia de Damasco, la conferencia perdería casi todo su sentido. El viceministro de Exteriores sirio, Faisal al Miqad, anunció ayer desde Moscú -Rusia es junto a Irán el principal aliado del régimen- que explicará dentro de poco tiempo si participa o no en la convocatoria, propuesta semanas atrás por Rusia y EE UU. "Cuando regresemos a Damasco, informaremos a las autoridades sobre los resultados de las negociaciones en Moscú y entonces tomaremos una decisión definitiva sobre la participación en la conferencia", señaló.

Mientras, las autoridades bosnias comunicaron que han abierto una investigación para esclarecer la eventual participación de medio centenar de ciudadanos bosnios, miembros de un movimiento islamista radical wahabí, en los combates de Siria. Sobre el terreno, al menos doce personas han muerto y otras 130 han resultado heridas desde el domingo pasado en choques entre partidarios y detractores del régimen sirio en la ciudad libanesa de Trípoli.

Respecto a Irán, la Agencia Atómica (AIEA) aseguró ayer que dispone de información "creíble" sobre las posibles dimensiones militares del programa atómico de Irán y se quejó de que la falta de colaboración del régimen Teherán le impide despejar esas sospechas.