Los avilesinos Ángel Sánchez Fernández y María Concepción Marlasca Sedano, prima del magistrado de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, fueron secuestrados el pasado martes, día 14, mientras se encontraban de vacaciones en la península de La Guajira, en el noroeste de Colombia. Aunque se atribuyó inicialmente el secuestro a la guerrilla de las FARC, que tiene activo en la zona al llamado "Frente 59", en las últimas horas ha cobrado fuerza la hipótesis de que los avilesinos, de 49 años él y 43 ella, fuesen cogidos por un grupo de paramilitares dedicado al narcotráfico y al contrabando, de los que se conocen en la zona como "bacrim", abreviatura de "bandas criminales".

Los secuestradores llamaron al día siguiente a la familia de la pareja para reclamar un rescate, un "modus operandi" que no se corresponde con el de los guerrilleros. Las autoridades colombianas sospechan que los secuestrados pueden haber sido conducidos a la cercana Venezuela.

La pareja había viajado a Colombia el pasado día 1, después de que Conchi Marlaska se quedase de vacaciones.Viajeros avezados como son, su intención era pasar un mes en el país sudamericano. El 2 de mayo, ya en Bogotá, la capital colombiana, alquilaron un Chevrolet Spark para 28 días y comenzaron su periplo colombiano.

Cerca ya de La Guajira, el Estado en el que fueron secuestrados, los dos espeñoles se alojaron en el Hotel Mendihuaca Caribbean Resort, situado en la localidad de Santa Marta, en el estado de Magdalena.El día en que fue secuestrada, la pareja tenía pensado acercarse al Cabo de la Vela, uno de los atractivos turísticos de La Guajira, al que se llega por una carretera muy transitada. En el hotel, según indicó ayer una de las empleadas, no han vuelto a saber nada de ellos. Se llevaron las llaves del apartamento en el que se alojaban, la Villa 521, y un poco de ropa para ir de excursión. Su equipaje ha quedado custodiado en el establecimiento, el típico resort de vacaciones.

Hallazgo del coche

El coche en el que viajaba la pareja fue encontrado por las autoridades colombianas el pasado viernes, día 17, tres días después de que se produjese el secuestro, en Jirijipana, una ranchería, nombre con el que se conoce a los minúsculos poblados de los indios "wayuús". El poblado está situado a unos 14 kilómetros de la localidad de Urubia, cerca de la carretera que conduce al Cabo de la Vela. El coche estaba en perfecto estado, según indicó la periodista local Daisi Rodríguez, que lo inspeccionó en la mañana de ayer. En algunos medios se había especulado con que tenía una ventanilla rota, lo que apuntaba a un posible ataque sufrido por los avilesinos. En el interior no había efecto alguno de los avilesinos, añadió la misma periodista del "Diario del Norte", el primero que informó de la desaparición de los españoles el pasado sábado.

En algunos medios se especuló con que la pareja hubiese sido secuestrada en la localidad de Santa Marta. La Policía colombiana ha comprobado las cámaras de los peajes de la autopista que une Santa Marta con Riohacha, la capital del Estado de La Guajira. En todas las imágenes, los avilesinos aparecen solos.El secuestro tuvo que producirse en la carretera que conduce al norte, en lo que se conoce como "el Desierto" de Colombia, una extensión plana con apenas alturas, cubrierta de matorral y unos pocos árboles.

Unidad especial

Del caso se ha hecho cargo la Policía Nacional de Colombia, que trabaja en coordinación con la de España. Ha sido enviada a la zona una unidad especial del grupo antisecuestro y antiextorsión (GAULA), cuyos responsables han indicado que aún es pronto para hablar de la autoría del secuestro, que no ha sido reivindicado públicamente por organización alguna. Lo que puede descartarse es que hayan sido retenidos por miembros de la guerrilla colombiana.

En Colombia es habitual que otros grupos se hagan pasar por la guerrilla de las FARC para obtener mayores beneficios de la extorsión. Además de los dos espeñoles, hay un geólogo canadiense secuestrado, Jernoc Wobert, que cayó en manos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) desde el pasado enero.

La Alcaldía y la Policía del municipio en el que fue hallado el vehículo de la pareja han ofrecido una recompensa de 50 millones de pesos (unos 27.050 dólares) a quien informe sobre el paradero de los secuestrados.

Minutos después de que la información del secuestro de los dos turistas viera la luz, esta fue confirmada por el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, en Madrid. El ministro indicó que desde el momento en que el Gobierno tuvo conocimiento del secuestro, su departamento ha estado "en contacto" con el Ejecutivo del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y con las familias de los dos españoles. "En los temas de secuestro la norma de la casa es mantener una discreción absoluta", afirmó el jefe de la diplomacia española. La familia de los secuestrados ha confesado estar pasando por un calvario, aunque ha preferido escudarse en el silencio respecto a cualquier detalle del secuestro, presumiblemente siguiendo órdenes de Exteriores.

La Embajada de España en Bogotá guarda silencio sobre el secuestro. Se espera que en las próximas horas las autoridades colombianas se pronuncien de forma oficial acerca del suceso.

La alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, se ha mostrado esperanzada en que "todo acabe felizmente". "Nos dicen que en estos casos prima la discreción y que tanto el Ministerio como las embajadas tienen un protocolo de actuación que están cumpliendo desde hace días", afirmó Varela. Varela deseó que la pareja "pueda estar de nuevo disfrutando de sus vacaciones que era lo que hacían en Colombia".

La última foto que hicieron los secuestrados - Conchi Marlaska fotografió a un ciclista con su teléfono móvil y se lo envió a un compañero de trabajo, José Edmundo Rodríguez, a las 12.11 del mediodía del martes, día 14. Faltaba poco para que la pareja fuese secuestrada. "Para que veas, uno como tú", decía el mensaje, según Rodríguez, al que le gusta el ciclismo. La fotografía muestra la imagen de un hombre de unos cuarenta años con cierto aspecto alternativo, que parece llevar algunas pertenencias en su bicicleta, desde botellas de agua hasta un saco de dormir, bolsas y prendas de ropa. El compañero de trabajo contestó un tiempo después, pero ya no obtuvo respuesta de Conchi Marlaska. "Me extrañó que no contestase", dijo. La última vez que utilizó el "whatsapp" fue a las 14.17 de la tarde de ese mismo día. Es el último rastro de la pareja antes de que se produjese el secuestro.