Barack Obama aprovechó ayer una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca con el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, para defender a su Gobierno de dos de los tres escándalos que lo acosan. El presidente de EE UU justificó los "pinchazos" telefónicos a la agencia "Associated Press" (AP), ordenados por el Departamento de Justicia, alegando que las filtraciones a la prensa pueden poner "en riesgo" a personas.

En el otro frente, el del acoso fiscal a grupos que llevan en su nombre las palabras "Tea Party" o "Patriot", Obama se reafirmó en que esas prácticas le parecen "inaceptables". Y lo hizo horas después de que el Departamento del Tesoro reclamara y obtuviera la renuncia del director interino del Servicio de Impuestos Internos (IRS, en sus siglas en inglés), la agencia tributaria de EE UU, Steven Miller.

Mientras caía la lluvia en los jardines de la Casa Blanca, su inquilino dijo los periodistas que el secretario de Justicia, Eric Holder, tiene su "plena confianza", y justificó las medidas tomadas por el departamento que aquél dirige diciendo que las escuchas buscaban descubrir al responsable de una filtración "muy seria" que, según la versión oficial, "puso en peligro la vida de estadounidenses".

Obama lo explicó así: la seguridad nacional "depende de personas que operan con la confianza de que tienen sus espaldas protegidas". Pero "la otra cara de esto es que también vivimos en una democracia donde la libertad de prensa y de expresión (...) ayuda a que nuestra democracia funcione".

Dicho lo cual, agregó, "ahora es el momento" de recuperar una iniciativa legislativa, aparcada en 2009, que busca lograr "el equilibrio adecuado" entre la protección de la libertad de prensa y la defensa de la seguridad nacional.

Esa norma, denominada "Ley para la Libre Circulación de la Información", da mayor protección legal a los periodistas que se nieguen a identificar a sus fuentes confidenciales, a la vez que les otorga la capacidad de acudir a un juez federal para que anule los requerimientos que les obligan a dar libre acceso a la justicia a sus teléfonos.

En cuanto al acoso fiscal a grupos afines al Tea Party, Obama dijo estar en condiciones de asegurar que no sabía "nada" del informe que destapó esas prácticas hasta que fue publicado por la prensa. "Es simplemente inaceptable que haya un simple indicio de partidismo o ideología cuando se trata de la aplicación de las leyes tributarias", insistió.